Acciones políticas-culturales contra los feminicidios en la larga y violenta noche neoliberal

Natalia Eguiluz*

En el año 1993 en Ciudad Juárez, Chihuahua comenzaron una serie de asesinatos de mujeres con características sumamente cruentas: aparecían cuerpos de mujeres, desmembradas, quemadas, violentadas sexualmente, torturadas, arrojadas en terrenos baldíos. Los homicidios tenían un componente distinto a otro tipo de asesinatos: mostraban signos de violencia sexual y una profunda saña, en donde se hacía evidente que había un componente de odio hacia las mujeres, por lo que se comenzó a utilizar el término feminicidio: asesinatos de mujeres por el hecho de serlo cometidos por hombres.1

La mayoría de las mujeres víctimas de feminicidio eran jóvenes y pobres. Sus familiares las reportaban como desaparecidas y —de manera frecuente— tiempo después sus cuerpos eran encontrados en espacios públicos, en la ciudad o en la periferia de ésta. Para el gobierno y las empresas, estas mujeres en vida eran concebidas sólo como mano de obra barata reemplazable,si en vida no les interesaba su existencia, su muerte menos aún: la impunidad y el cinismo con el que trataban los casos de estos actos de misoginia clasista era inaudito y, tristemente, lo sigue siendo.

Ante la situación desgarradora familiares, activistas, periodistas y académicas iniciaron una ardua lucha por la visibilización y la exigencia de justicia ante lo que estaba ocurriendo. Parte de las acciones que realizaron fue pintar cruces rosas en los muros de la ciudad o instalar cruces de madera rosas con el nombre de las mujeres asesinadas en los lugares donde habían sido encontradas. Haciendo con ello un acto de visibilización y memoria, dignificando la vida y la importancia de la muerte de estas mujeres.Desde entonces las cruces rosas se volverían símbolo de feminicidio.

Los hechos poco a poco fueron siendo conocidos en el resto del país, en ese proceso la producción cultural,para visibilizar y denunciar la problemática, fue y ha sido un elemento importante para lograrlo: se han creado documentales, libros, poemarios, instalaciones, performances, canciones, murales, películas. No obstante, a más de 20 años de que iniciaron los feminicidios recurrentes en Ciudad Juárez, lejos de disminuir, la problemática se ha extendido en el resto del país. En todos estos años la lucha de las y los familiares, organizaciones de mujeres, feministas, académicas, artistas y activistas no ha cesado, no sólo en Juárez, sino en el resto de México. Con su lucha han logrado modificar marcos jurídicos y la inclusión del feminicidio en los códigos penales de todos los estados. Contradictoriamente el último en tipificarlo fue Chihuahua, apenas el año pasado.

Pero a pesar de los marcos legales y las acciones que se emprenden el problema ha ido en aumento. El Instituto Nacional de Estadística y Geografía reportó que en el año 2016, ocho mujeres fueron asesinadas al día, la cifra más alta en los últimos 27 años.2Ante ello, la respuesta de las mujeres también ha ido creciendo. El 26 de abril de ese año, las mujeres tomamos las calles masivamente en la Ciudad de México y varias ciudades del país, fueron manifestaciones históricas. A partir de esa experiencia algunas intentaron crear con mayor ímpetu lazos entre las organizaciones feministas y de mujeres contra la violencia, algunos florecieron,otros se quedaron en el camino.

Catrinas contra el feminicidio

Una de las acciones que empezó a realizarse a partir de 2016 fue “La marcha de las Catrinas contra los feminicidios”, convocada por un grupo de feministas que se nombraron como Las del Aquelarre Feminista,3cada año, en el mes de noviembre, realizan una invitación vía redes sociales, abierta a las mujeres para realizar una marcha disfrazadas de catrinas en el marco del día de muertos.

Natalia Eguiluz. Ni una más, gráfica digital, 2018

A partir de 2016 en el contexto de la batalla cultural por reafirmar o no perder iconos y tradiciones mexicanas frente al avasallamiento de los productos y festividades estadounidenses como el Halloween, han surgido diversos desfiles e incluso concursos de disfraces en los que gobiernos o instituciones de diversa índole invitan a la población a disfrazarse de catrinas y catrines, sin relación a algún tipo de crítica social. Algunos afirman que la idea de los desfiles —irónicamente— comienza a partir de una película hollywoodense de James Bond filmada en la Ciudad de México en la que aparecía, en algunas escenas, un gran desfile de día de muertos.4

En un país que vive la mayor crisis de violencia y de violación de derechos humanos en su historia, a raíz de la llamada guerra contra el narco emprendida por Felipe Calderón y continuada por Enrique Peña Nieto, los desfiles del día de muertos de catrinas y catrines resultan especialmente asombrosos, sin embargo pocos conectan metafóricamente la relación entre vestirse de calaca y salir a la calle con la realidad de los miles de asesinados y asesinadas en México,un país que se ha convertido desde hace 12 años en una gran fosa.

En ese contexto, la iniciativa de marchar recuperando el disfraz de las catrinas para visibilizar los feminicidios es relevante, pues le otorga un sentido distinto: crítico. Muchas mujeres acuden a manifestar su indignación y exigencia de justicia ante los feminicidios.

Algunas deciden pintarse sólo la mitad de la cara para remarcar que están vivas pero que podrían ser una de ellas, otras —en las redes— han expresado su opinión en contra de la idea de pintarse de calaveras,pues no desean pensarse como muertas. A pesar de las distintas posiciones, “La marcha de las Catrinas contra los feminicidios” (2016 y 2017)5ha sido una acción de protesta que cobra fuerza pues se ha realizado no sólo en la Ciudad de México, sino en varias ciudades de la República Mexicana, tejida a través de redes de diversos colectivos feministas. Una acción política que retoma un símbolo y una práctica cultural que tiene resonancia entre el pueblo mexicano y la resignifica para denunciar una realidad que duele.

Ojalá la justicia se asome pronto y termine la larga noche neoliberal que nos ha dejado un saqueado,desigual y violentado país. Mientras tanto seguiremos gritando, exigiendo un alto a los feminicidios por todos los medios que sean posibles.

*Artista plástica feminista, Maestra en Estudios de la Mujer (Universidad Autónoma Metropolitana-Xochimilco.

 

1 Julia Monárrez, Trama de una injusticia. Feminicidio sexual sistémico en Ciudad Juárez, México, El Colef / Miguel Ángel Porrúa, 2009.

2 INEGI, “Estadísticas a propósito del Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer (25 de noviembre) datos nacionales”, 2017, en <http://www.inegi.org.mx/saladeprensa/aproposito/2017/violencia2017_Nal.pdf&gt;, consultado el 20 de octubre de 2018.

3 Blanca Juárez, “Convocan a marcha de catrinas contra el feminicidio”, en La Jornada, 26 de octubre de 2016, en <http://www.jornada.com.mx/2016/10/26/sociedad/037n4soc&gt;, consultado el 25 de octubre de 2018. Véase también, “Mujeres vestidas de catrinas marchan contra feminicidios en CDMX”, en El informador, 1 de noviembre de 2017, en video <https://www.informador.mx/mexico/Mujeres-vestidas-de-catrinas-marchan-contra-feminicidios-en-CDMX——20171101-0218.html&gt;, consultado el 25de octubre de 2018.

4 Donde Ir, “Desfile de Día de Muertos al estilo 007 en la Ciudad de México”, en DondeIr, octubre de 2016, en <https://www.dondeir.com/destacado-home/desfi le-de-diade-muertos-al-estilo-007-en-la-ciudad mexico/2016/10/>, consultado el 18 de octubrede 2018.

5 EFE, “Mujeres vestidas de catrinas marchan contra los feminicidios en México”, en EFE, 2 de noviembre de 2017, en <https://www.efe.com/efe/america/mexico/mujeres-vestidas-de-catrinas-marchan-contra-los feminicidios-en-mexico/50000545-3426093,consultado el 20 de octubre de 2018.