Las colaboraciones de esta sección (textos e imágenes) son de compañeras de los diferentes Estados de la República Mexicana de acuerdo a la convocatoria, de mayo de 2020 “Mis experiencias en tiempos de Covid-19”.
Mis experiencias en tiempos de Covid-19
María Alma Rosas López. Celaya, Guanajuato
De pronto… un día del mes de marzo de 2020, en México y en el mundo, nos cambió la vida a todos, digo a todos, ya que sabíamos de un virus que surgió en China el pasado año y que era letal, pero lo veíamos muy lejano, y no fue así, llegó a México y nos encontramos sin la infraestructura necesaria en el sector salud; aunque recientemente en el mes de noviembre del 2019 se reformó la Ley General de Salud para validar la creación del Sistema Nacional de Salud para dar cobertura a la población mexicana, aún y con esta reforma no se logra cubrir la demanda para la atención ciudadana en cuanto a esta contingencia.
Ante esta situación me permito hacer un balance de lo vivido y por vivir, porque me parece imposible que un minúsculo casi imperceptible virus haya cambiado y terminado la vida de miles de personas: y lo que aún falta por venir y que con sólo lavarnos las manos con agua y jabón y frotarlas ese bicho se pueda ir por el caño. Este virus llegó para quedarse y en tanto no se encuentre una vacuna debo ser más cuidadosa en mi entorno familiar de ahora en adelante debo cambiar muchos hábitos de higiene y limpieza.
Afortunadamente el triunfo del 2018 cambió el rumbo de nuestro país, ¿qué hubiese pasado si el neoliberalismo siguiera gobernando? Por un lado, este país sería un desastre, sin el apoyo económico a los adultos mayores estaríamos en una angustia y desesperación constante, por otro lado, esta pandemia estuvo coordinada desde el principio por un buen equipo de científicos bien preparados y que, diariamente a través de las conferencias, nos informa de los estragos y muertes generadas por el coronavirus, además de los apoyos recibidos por otros países; sin embargo, esta pandemia me ha dejado ver la otra cara, la de los adversarios políticos tecnócratas, que ahora convertidos en oposición que no hacen política, porque no saben hacerlo, se han convertido en la otra “PANdemia”. Además, no defienden un proyecto económico, defienden únicamente sus intereses, sus privilegios y se valen de argucias y pseudoreporteros que utilizan la mentira, la provocación, la banalidad, la violencia y mucho amarillismo. Ahora se organizan bajo un lema en contra de Andrés Manuel López Obrador, donde lo único que los mueve es la frustración, desestabilizar el avance del gobierno de la Cuarta Transformación, y que aunque a estos fifinazis les pese, este cambio llegó y es necesario enfrentar esta otra PANdemia, ya que el neoliberalismo lo único que nos dejó fue desempleo, hambre y miseria y a este país lo han dejado en la pobreza, no sólo de cosas materiales, sino también de valores y sentimientos. Esta PANdemia ha permitido que las redes sociales compartan la posición política y democrática de nuestro presidente, y debemos dar la batalla a través de las redes sociales, dando a conocer que México tendrá que salir de la corrupción y señalando los errores tan graves del neoliberalismo, incapaz de brindarle a la población salud, empleo, seguridad y educación y comunicar que el fin del neoliberalismo ha llegado.
Esta pandemia me ha enseñado que el cambio está por llegar, que bien se puede trabajar desde casa considerando, sobre todo, a los adultos mayores y que los escolares bien pueden estudiar a extramuro. El cambio ha llegado para quedarse, me parece que es necesario hacer conciencia en este tema, el coronavirus nos cambió la vida y esto permitió visualizar más de cerca a los adversarios del cambio. La batalla es a través de las redes sociales, vendrán otros cambios y debemos estar preparados para ellos, adelantándonos y preparándonos en la materia, pese a que el legado del neoliberalismo es demasiado fuerte para enfrentarlo. Aun así, en esta dinámica se ha generado una resistencia social, un gran número de ciudadanos con conciencia de clase, una sociedad más crítica y más contestataria, y debemos tener la capacidad de coordinar ese capital para dar la batalla. Me parece que está por llegar un futuro donde puedan surgir nuevas formas de convivencia política, económica y social. Con estas bases podremos ver la posibilidad de cambio de mentalidad y dejar de ver la salud, la educación y el trabajo como mercancías. Este sería el legado que me dejó el Covid-19, es una gran enseñanza.
Unidas en tiempos de Covid-19
Senovia Angela Saavedra Vielma. Ciudad de México
Esta contingencia del Coronavirus SARS-CoV-2, Covid-19, ha sido una sacudida para todos, yo creía que mi capacidad de enfrentarme a situaciones tensas y tener el control de mis emociones se había consolidado con la madurez; anteriormente me conducía con un comportamiento maduro y con cordura, pero durante estas semanas las situaciones tensas que se están generando por el efecto colateral del virus que está afectando al mundo, que está alterando mi armonía física, mental, social y espiritual, y todo esto me está generando conflictos de salud, el “quédate en casa”.
Por esta razón decidí escribir estas líneas, como una forma de liberar la tensión emocional, esto es porque la escritura es terapéutica, sirve para externar lo que sentimos. Se ha demostrado que quienes escriben de forma continua, bajan sus niveles de estrés y además mejoran la salud física y mental. Es como un mantenimiento psíquico para estar un poquito mejor en todos los niveles, y también lo hago porque tengo la necesidad de expresarme, ya que me siento un tanto triste y preocupada, con insomnio.
Tengo el deseo de que estas palabras queden como testimonio de esta experiencia mundial tan triste que nos tocó vivir en el 2020. Como si fuera una cápsula del tiempo que pasará a la historia, como evidencia de esta pandemia tan peligrosa en nuestro tiempo.
Cuando nuestros pensamientos dan vueltas y vueltas, sin encontrar razón, solución o respuesta; es provechoso el sólo hecho de sacar a la luz eso que nos preocupa y que está todo el tiempo latente. Al estructurarlo, desmenuzarlo, separar la paja del grano, darle forma y dejar lo importante; al escribir sentimos que todo fluye, como agua cristalina, damos lugar a una energía más limpia y liberadora.
Me mantengo ocupada en arreglar la casa, mi closet; pinto, escombro, quito, cambio y tiro cosas, arreglo mis plantas; leo y descanso, sigo con mis clases en video, todo esto me ha ayudado a seguir aparentemente una “vida normal”; trato de ya no pensar en los enfermos y en los muertos por la pandemia; hago lo posible para que impere el optimismo sobre los pensamientos negativos.
Procuro no abrumarme por el pasado ni el futuro, disfruto del ahora, aunque sea muy pequeño. Porque me siento arropada por mi familia y por todas aquellas mujeres que enviaron mensajes alentadores, informativos, chistosos, oraciones, memes, consejos y sugerencias de todo tipo, como muestras de afecto.
Preguntas alentadoras como aquélla de nuestra querida Luz Ma: “chicas, por favor digan cómo están”. Fue una bocanada de aire fresco, ella siempre pendiente de todas nosotras, preocupada de todo, la que siempre nos junta y nos enseña el significado de la unión y la amistad.
Nos mantuvieron en comunicación, adquiriendo saberes con nuestras compañeras del grupo del Instituto Nacional de Formación Política. Tuvimos información siempre, al guardar la “sana distancia”, repetidas veces en la conferencia mañanera de Andrés Manuel y, en la tarde, la conferencia del doctor Gattell.
Todo esto me ayuda a reconocer y reflexionar que, aunque me desespere y me conflictue, la solución de este mal que está afectando al mundo entero, no está en mis manos; por eso, mi propósito se fundamenta en pensar y decretar “esto también pasará”.
Embarazo y aborto en tiempos de Covid-19
Fermina Danza, Ciudad de México
Supe que estaba embarazada, la alegría que nos provocó esta noticia a mi esposo y a mi es indescriptible, me sentía inmensa. Comenzaba el encierro, hice yoga, aprendí a tejer, mi esposo preparaba deliciosas ensaladas para mí y nuestro bebe, no hablábamos de otra cosa. El encierro ha sido duro, pero tratamos de entretenernos los dos en nuestro pequeño departamento, jugamos, leemos, cocinamos, hicimos nuestro cinema en casa, etcétera.
El encierro seguía, sólo salíamos cada quince días por despensa, en ese mes se acercaron conmigo, vía web, varias mujeres solicitando asesoría para saber a dónde dirigirse ya que estaban viviendo violencia por parte de sus parejas. Las llamadas de dos de ellas me estremecieron, una llevaba varios días sin dormir, con los nervios al tope, estaba sufriendo episodios fuertes de ansiedad debido a una larga relación de violencia que vivió; aunque se había separado de su pareja, los estragos de años de golpes, gritos y intimidación psicología siguen presentes. La segunda logró salir de su casa y llegar con su familia después de ser violada y golpeada brutalmente por su pareja y padre de su hijo, no pudo presentar la denuncia, en el Ministerio Público le dijeron que si era su pareja era violación, además no había médico legista y le pidieron que regresara al día siguiente sin bañarse. Días después supe que había desistido de la denuncia pero, al menos, seguía a salvo hasta ahora en casa de sus padres.
Llegó el día de la segunda consulta de mi embarazo ¡casi tres meses!, estábamos muy emocionados, pero cuando la médica me estaba explorando supe que algo andaba mal, después de unos minutos nos dijo, no hay frecuencia cardíaca, pero tiene el tamaño necesario, por lo que tengo que mandarte a hacer unos estudios para ver si tu embarazo es viable…
Llegaron los resultados, los valores eran adecuados, pero seguía sin haber frecuencia cardíaca, el diagnóstico era un aborto retenido, tenían que interrumpir el embarazo, la sensación fue desoladora, pero no había nada más que hacer.
Me pasaron a una habitación donde había dos mujeres más, ellas fueron a abortar por decisión propia, una era de Querétaro y otra del Estado de México. Platicamos, para la más joven fue difícil juntar dinero para venir a la Ciudad y pagar la interrupción, la otra, la de Querétaro, me decía que estaba terminando sus estudios y que por ahora no podía ser madre y que a pesar de usar métodos anticonceptivos había quedado embarazada. Trataba de justificarse, no tenía que hacerlo; me decía que era una suerte que en la Ciudad de México las mujeres pudiéramos abortar sin ser encarceladas, “no es suerte” —le respondí— “fueron años de lucha de grandes mujeres”. Observé varias chicas que iban a abortar, la mayoría del interior de la república.
En México sólo en dos estados se puede decidir abortar hasta las 12 semanas: en la Ciudad de México, desde 2007 y en Oaxaca, desde 2019. De los 30 estados restantes, en 28 el aborto está permitido sólo en caso de violación, riesgo de salud y de muerte para la madre y, dependiendo del estado, se permite el aborto imprudencial y/o inseminación no consentida. De los 28 estados en 13 puedes abortar en caso de malformaciones graves del feto y, en Guanajuato y Querétaro, el aborto es legal sólo en caso de violación. Si yo viviera en alguno de estos estados hubiera tenido que esperar a abortar espontáneamente, poniendo en riesgo mi vida o mi útero.
Las voces del confinamiento
Alma Aurora Robles Pérez. Grupo de mujeres de Coacalco, Estado de México
Usamos la gastada analogía donde nadie se imaginó lo que podía pasar. Estar más de dos meses dentro de casa, siguiendo estrictas medidas de higiene, ante la paranoia de poder contagiarte, contagiar a tu familia, de una enfermedad que inició al otro lado del mundo.
El encierro de varias semanas, sin tener una rutina diaria nos sume en depresión. ¿Quién se iba a imaginar que extrañaríamos la aburrida y tediosa vida cotidiana?
No, la rutina no ha desaparecido. Ahora los hogares están en su máxima capacidad, con mujeres ocupándose a marchas forzadas. Montañas de ropa sucia, platos sucios, desorden, ruido, el estrés de los niños que no pueden salir y ya están cansados de tomar el celular y ver caricaturas. Mujeres que apoyaban con tareas, también se enfrentan a la peculiaridad de sembrar el conocimiento, cuando ya no recuerdan como lo han adquirido.
Nos encontramos bombardeados de negatividad, cifras, casos, escasez de insumos médicos, el peligroso desconocimiento de la población o, lo que es lo mismo, sobreinformación falsa. No sólo debemos preocuparnos de lavar nuestras manos y limpiar lo que tocamos, también de cuidar del personal médico, ser agredidos, preocuparse por los que han perdido sus trabajos, preocupados por quienes no pueden solventar sus gastos y tienen que exponerse para llevar pan a la mesa, preocupados por nuestra propia economía, por las muertes y en zozobra por el mañana.
Pero también nos dimos cuenta de elementos que son importantes para nuestra vida. Estamos reencontrando algo tan importante como el amor, por nuestros hijos, pareja, padres, abuelos y amigos; volvemos a darnos un pequeño espacio para platicar, aprovechando los objetivos reales de las nuevas tecnologías y acercándonos a quienes están lejos, darnos cuenta a quienes estamos extrañando. Estamos apreciando la presencia de con quienes cohabitamos.
Es casi mágico cómo un niño aprende algo que para nosotros requiere de años y que hacemos casi de manera mecánica, pero ver su cara de impresión, emoción y hasta de enfado al aprenderlo, es algo que estábamos olvidando.
Tenemos sentimientos generalizados de valorar nuestra anterior vida cotidiana: familiares, amigos, incluso acciones tan simples como abrazar o besar son el común denominador entre las experiencias de cada uno al vivir la pandemia. Nadie, salvo en los relatos más aventurados de ciencia ficción, podría haber imaginado que algún día viviríamos un confinamiento de esta índole.
Estamos escribiendo una angustiosa y peculiar página de la historia, donde podremos superarlo trabajando todos juntos.
Lisbeth Quintero Márquez, Xalapa, Veracruz
Una semana antes de que iniciara la Jornada Nacional de Sana Distancia en México, decidí que yo me encerraría en casa desde el 21 de marzo y que escribiría cada noche un Diario para dejar asentadas mis ideas, pensamientos, emociones, actividades, temores, anhelos, malestares, alegrías e inventos durante esta insólita temporada. Esto me permitió prever lo necesario para no tener que salir de casa. Así, he logrado mantener ambas decisiones y las he disfrutado mucho.
Primer día: la primavera entró esta madrugada, coincidiendo con la cuarentena, que se había estado previendo al ir escuchando las noticias de lo que sucedía en otros países: trajo consigo una gran cantidad de flores multiformes y multicolores en mi jardín, esas sí que eran muy esperadas. Florecieron espectacularmente las orquídeas, las azucenas rosas y rojas, las copas de oro, los agapantos, las hortensias, las buganvilias, las gardenias, los galanes huele de noche, las damas de noche, las rosas amarillas, los jazmines y otras que han sido mis compañeras. La pandemia que nos obligó a hacer cuarentena, por el contrario, no había sido esperada. De hecho era algo insólito y desconocido, por lo cual estaba provocando temor, incertidumbre y desasosiego. A mí me afectan las noticias de lo que está sucediendo en España, donde hay miles de infectados y cientos de muertos, porque ahí vive una parte importante de mi familia.
Síntesis de los 67 días restantes: por un lado, las primeras semanas fueron maravillosas. Un descanso vacacional sin precedentes, por ser dentro de mi propia casa. Sentí una libertad total al no tener que ponerme la máscara social que es el maquillaje, al no tener horarios ni pendientes, al no tener que salir de prisa para llegar a tiempo a algún lugar. Todo sin antecedentes en mi vida. He dormido muy bien y despertado sin dolores de cabeza, ni del cuerpo en general, ni cansancio, la gran mayoría de los días de mi confinamiento. Por otro lado, fue interesante y pesado caer en la cuenta de que toda la responsabilidad del cuidado de mi alimentación, mi ropa, de mi casa y mi jardín recaía sólo en mí. Al principio me costó mucho trabajo y varias semanas también, aprender a cocinar —ya que casi siempre, antes de jubilarme, fui bastante ajena a eso, me ocupaba principalmente de trabajar fuera de casa, leer, escribir libros, criar hijos, etcétera— y a organizarme en las labores del hogar por primera vez en mi vida. Para mi sorpresa, empecé a disfrutar mucho regar mis plantas y los prados de pasto por las noches. Igualmente comencé a organizarme para poner lavadoras, tender, meter y doblar mi ropa. Todo junto me parecía una enorme montaña que escalar. Poco a poco aprendí a organizarme, y lo estoy disfrutando, aunque me agota. También me provoca una sensación de satisfacción saber que puedo hacerlo sola, sin depender de alguien que me ayude en casa. A las empleadas domésticas ahora las valoro mucho más y entiendo que debo pagarles y agradecerles más.
A pesar de que las labores descritas me absorben demasiado tiempo, me las he arreglado para meditar casi todos los días, lo cual me agrada mucho. También he logrado bailar con cinco a seis videos de zumba casi cotidianamente. He leído cuatro libros, y llevo escritas 24,311 palabras en mi Diario, hasta anoche, lo cual me llena de satisfacción. Sin embargo, lo más importante es que he valorado mucho más el silencio, la reflexión, el autoanálisis y la relación conmigo misma. No me ha hecho falta salir, y siento una gran alegría porque estamos respirando aire puro y el planeta se está descontaminando, aunque sea un poco. Ahora valoro mucho más lo afortunada que soy al no tener padres ancianos que atender, marido quisquilloso a quien complacer, ni hijos pequeños, medianos o jóvenes a quienes cuidar, criar, educar, formar, porque todo eso ya lo hice en su momento.
Querido diario…
Abigail Rodríguez Rosales, Ciudad de México
Querido diario el día de hoy lunes, espera… ¿Miércoles o viernes? De hecho ya se me complica ubicar en qué día nos encontramos, sólo sé que un día el mundo entró en pandemia y la vida de todas y todos cambio. Te escribo algunos pasajes de mi vida pandémica. Un día llegué a casa de mi mamá y papá, sólo me dijeron que teníamos que ir al súper a comprar mucha despensa por que todo se iba a poner muy feo, mi mamá compró papel higiénico, alimento y demás cosas como para dos o tres meses, ¿por qué la obsesión del papel higiénico?, no lo sé, ella es una mujer muy precavida a la cual admiro mucho, trabaja y cuida a mi abuelita, pero sé que esta noticia de la pandemia, vino a cambiarle su vida y empezó a sentir miedo, como muchas de nosotras. Otro momento, cerraron las escuelas, principalmente las mamás nos convertimos en las maestras sustitutas, juntando evidencias, viendo los programas educativos, aprendiendo junto con los pequeños y, a pesar de que ya admiraba la labor loable de la enseñanza, ahora les quiero poner un altar a las maestras y sólo pienso ¿cómo lo hacen? Tengo un pequeño de cinco años en preescolar y una pequeña de seis años en primaria, por cierto ¿a quién se le ocurre poner las clases de preescolar a las siete de la mañana?, si los pequeños normalmente entran a las nueve de la mañana. En mi casa, realizo labores del hogar, mi suegra vive con nosotros, ella prepara los alimentos, muy ricos por cierto, no sé qué haría sin ella, sin padres, y más en estos momentos; a esto le sumamos que estudio una maestría en Administración Pública, la cual actualmente tomo en línea, ya que todo se volvió virtual; mi formación política aunada a esto, mas a parte trabajo como tallerista en uno de los Puntos de Innovación, Libertad, Arte, Educación y Saberes (también en línea), sin dejar pasar que tengo una pequeña empresa con mi esposo que se dedica al ramo funerario. Sé que se podría interpretar como la mejor época para este sector, pero más allá de un servicio o negocio, tengo miedo y mucho; vemos como muchas personas pierden a sus familiares a diario a causa de este virus y mi temor radica en pensar ¿y si mi familia algún día se contagia?, porque no podemos dejar de trabajar. ¿Qué comeríamos? ¿Qué comerían mis colaboradores y sus familias? ¿Cómo pagamos la renta de nuestra casa y de mi negocio? Ahora entiendo que así como nosotros, hay muchas familias en este país que no se pueden detener, pero que debemos de salir a trabajar con todas las precauciones necesarias para no exponer a los nuestros y, de no ser necesario, no salir. Bueno, tengo muchas más cosas de mi vida pandémica que escribir, pero creo que estas líneas son de las más importantes, por cierto ¿mi vida personal?, otro día con más calma, me voy, tengo círculo de estudio, ¡chao!
Nota: Los siguientes textos de la convocatoria «Mis experiencias en tiempos de Covid-19» mayo, 2020 fueron publicados respetándose integramente el contenido y estructura, y sólo se publicaron en esta versión online.
Neo aforismos en tiempos de pandemia (sólo online)
Marlene González Morales, Ciudad de México,
Con amor a todas las mujeres feministas y para las que aún no
“… en la distancia entre lo posible y lo imposible se encuentra la voluntad del ser humano…”, algo así escuche en el mensaje de aliento que la secretaria de Marina envió a sus médicos navales en tiempos del coronavirus.
Hablar de lo intangible a partir de una realidad cruenta y desconocida es invaluable si nos ponemos receptivas.
Buscar más allá de aquello de lo que se dice en masa, de lo que se machaca por todos los medios sustantivos y comunicacionales, reditúa si nos ponemos perspicaces.
“Quédate en casa”, ha sido un mandato que para una anarquista de los 70`s, una feminista militante de la tercera ola, una lesbiana pionera de Oikabeth y una mujer de izquierda, apegada a la definición de honestidad y buenos sentimientos que nos da el mayor estadista de México, de antes y después del inicio de la Nueva Normalidad, acate inusitadamente, soslayando ideología, acto político, análisis incisivo y rebeldía nata.
“Quédate en casa y Susana distancia”, es el pretexto esperado para que la revolución se detone en mí, dentro de mí, porque afuera, en estos momentos, en mi país ya sucedió. La 4T, está aquí.
Pero, dónde me encuentro ahora en relación al mundo. Y hoy no es exagerar al decir, el mundo.
Qué hay detrás de esta pandemia, de este encierro, de este confinamiento global, si el mundo ya no es el mismo que un par de meses atrás. Con qué herramienta saldré a enfrentar esta nueva realidad.
Cuál es mi casa realmente. Este es el punto de re evolución que debo acotar para salir al exterior.
Concluyo. Mi casa soy yo, mi hogar está en mí. Mi nuevo ser(a) nace en hábitat de cascada brillante de Luz, invencible, indestructible, inmortal. Se avizora el horizonte infinito con el quinto sol naciente en época de acuario.
La Luz radiante es el nuevo paradigma. Todo lo vemos, todo lo sabemos, todo nos lo decimos, no hay nada detrás y todo por delante.
La Energía viene de la Luz que transforma al Amor que siento, hago y cuando te pienso.
La Conciencia se vuelca expandida en el TODO real consciente, aquello que mira, presencia, testea y atestigua.
La Luz es Libertad, tanta como se conciba, se sueñe, se ejerza.
La Paz es Luz.
P.D. La nueva normalidad la decido y elijo yo.
Mis Experiencias en Tiempos de Covid-19 (sólo online)
Isabel Cruz,
Amor en tiempos de Covid-19
El mundo sumergido en el caos cotidiano, causa del sonido ensordecedor del egoísmo, que provocaba ceguera y aturdimiento a los pobladores que se encuentran perdidos dentro del sistema económico. Egoísmo en el caos que adormecía y mantenía cautiva, ajena, ausente de la realidad a la Solidaridad.
El Amor desconocía que se encontraba en el olvido la Solidaridad. Nadie notaba su ausencia.
En esta situación, la Empatía tuvo la oportunidad de despertar, saliendo del sueño profundo en que se encontraba sumergida.
En estos días de pandemia, la Carestía llego a muchos hogares. El silencio la ausencia andaban por todo lugar…Haciendo evidente la realidad que se vivía.
El vacío llamo el interés de la Solidaridad, que inicio un recorrido y fue desplazándose por todos los rincones de la ciudad, Lo que permitió que se pudiera contemplar la excelsa belleza al caminar majestuosa, la empatía le había cedido el paso. Se le vio realizar recorrer grandes distancias y manifestarse alegremente por la amplitud de las calles.
La ambición, la codicia, la avaricia, realizaron paro de actividades, habían viajado a un lugar muy lejano dentro del alma; Cediendo tiempo para que el Amor tuviera lugar y creciera.
Antes de esto no se encontraba por ningún lugar; Había huido, no encontraba la
Armonía para que el decidiera quedarse, por lo que se encontraba refugiado en el olvido…Único lugar donde permanecía la Paz.
El Amor se movió en silencio recorriendo toda la ciudad, llego a los hogares con la Paz y Tranquilidad que le hacían permanecer donde lo recibían…La Solidaridad atraída por el Amor también se hizo presente, permitiéndole fortalecer y dar grandeza a ese lugar…Ese País…México.
El Covid-19 en mi vida (sólo online)
Ventura Salinas Santana, Estado De México
Laboro como servidor público en el municipio de Atizapán de Zaragoza, reingrese al servicio el pasado 15 de enero del 2019, con los movimientos normales dentro de la administración, me cambian de área y me incorporan a finales de febrero del 2020 a la Dirección de Seguridad Pública, lugar donde me había desempeñado durante los últimos diez años. Me encontraba muy contenta por mi regreso ya que en esa dependencia había tenido oportunidad de crecer profesionalmente y he adquirido una amplia experiencia. Regreso como parte administrativa de la
Comisión de Honor y Justicia, área en la que me adapto rápidamente. Apenas había tomado pleno control de las actividades y aparece el COVID-19, provocando gran incertidumbre entre empleados, ya que como servidores municipales de esta dirección, es casi imposible pensar que seamos sujetos de aplicación de las medidas preventivas para evitar el contagio. A finales de marzo, ya hecha pública la instrucción federal del confinamiento y publicadas las disposiciones, aun en mi institución esperan instrucción, ya que desafortunadamente no hay la iniciativa para tomar decisiones, todos esperan la orden para poder actuar. Yo soy una mujer que me gusta estar al día en las noticias y al ver esa tibieza para decidir, tome la iniciativa para mi propio confinamiento. Elabore un documento para solicitar se aplicara mi reconocimiento de susceptibilidad aprobado por la Secretaria de Salud y comprobando con constancias médicas mi tratamiento y control, amén de mi edad y obesidad a plena vista. Avise a mi jefe inmediato de mi decisión y también hice de su conocimiento la responsabilidad de las instancias al provocar el retraso en mi confinamiento. Tarde aún tres días más para recibir respuesta a mi solicitud, me reconocen y autorizan, indicando que será por el mes de abril y debo estar en contacto cumpliendo disposiciones laborales para realizar en casa. He de comentar queridas amigas, que no cuento con un internet de buena calidad, por lo que me resulto casi imposible cumplir con los más de 10 cursos en línea que debería de tomar, algunos en el IMSS, UNAM, Función Pública y otros en la Secretaria del Trabajo. La plataforma imposible para acceder, las contraseñas para ingresar a dos foros virtuales nunca llegaron. La UNAM ofreció cursos virtuales a los que pude ingresar y obtener mis comprobantes. El IMSS con muchos problemas pero logre mi capacitación sobre el COVID-19 y sobre los lineamientos para el regreso al servicio público. Esta pandemia ha vuelto más reflexivas a nuestras autoridades, ya que lo que se pensó duraría entre 30 a 45 días ya nos leva confinados más de 70 y no hay una fecha segura ya que la inconciencia de mucha gente está provocando que sigamos resguardados más y más y más días. Ante las carencias de recursos en casa y las plataformas sobresaturadas, diversas autoridades deciden sumarse al contingente solidario que hace la administración acercando apoyos a los ciudadanos.
El COVID-19 es una amenaza que no todos asimilan, la oposición al gobierno la aprovecha para manipular e incitar a la población. Sigo escuchando algunas voces y otras las leo, de que no reconocen la existencia de la pandemia e invitan a las manifestaciones de diversa índole. No me queda más que hacer mi labor desde el confinamiento. Hoy cumplo 77 días, agradezco estar en casa, gracias por cuidarme y cuidar a mi madre que está por cumplir 89 años.
El interminable viaje (sólo online)
Ana María Ponce Martínez, Ciudad de México.
Salí del puerto un viernes 20 de marzo, iba a la aventura, sí, pero esperando regresar en cualquier momento. Tomé todo lo necesario, subí a la barca: latas, agua suficiente, pan de caja, salchichas, jamón, chorizo, huevos; revisé que tuviera el combustible necesario, no faltaron las galletas y las nueces. Creí tenerlo todo, aunque tú no te quisiste subir, solamente dijiste voy en otro barco, cuídate, al regreso nos encontraremos.
Zarpé ese día, llevaba muchas ilusiones en el pecho, pero la cabeza me estallaba por la emoción de lo desconocido, al menos, en un siglo, no se tenían noticias de un viaje así, aunque muchos lo estaban comparando con el de 2009 por la influenza.
Pero no, a leguas se veía que se trataba de un viaje sin igual. Uno que va a durar mucho tiempo, sobre todo porque tienes que tocar muchos puertos y estar atenta a las olas, a las tormentas que se forman del aire; a las gotas, microscópicas gotas que salen disparadas cuando los grandes titanes que han sucumbido al diminuto COVID-19 estornudan y expulsan con fuerza desde sus pulmones.
Es un viaje sin sentido, en donde puedo atisbar el puerto, pero me es impedido pasear por él, no puedo atracar en ningún lado, debo seguir en mi barca, a veces escucho las réplicas de conversaciones triviales, oigo las noticias, siempre con el mismo tema, ¡Ya nadie habla de otra cosa!
Hoy es 28 de abril de 2020 ¡Bien pudiera ser 28 de diciembre! Todo parece una gran tomadura de pelo. Es que nos largamos para salvar el pellejo. Y nos fuimos, nos separamos, dejamos la escuela y los trabajos.
¡Qué sensación tan extraña! en la barca todo es calma; sin embargo, como una se ha acostumbrado a la vida mundana y bulliciosa, echa de menos las risas, las pláticas, los abrazos, los besos, los apretones de mano, las cálidas miradas. Ya no hay nada, sólo la inmensa mar y yo, las dos solas, tristes, las dos inmutables, las dos cercanas y al mismo tiempo distantes.
A veces te imagino aquí, platico contigo, te ofrezco un café, entablamos largas charlas sobre la ciencia, sobre el origen de las cosas, y siempre acaba igual. Tú tienes la razón, yo no, soy mujer, una niña que no se ha desarrollado mentalmente. No acabo de comprender el orden de las cosas.
Ya no hablo más. Callo, me pongo a leer, tal vez algo se me ha pasado, algo que desde mi sexo no alcanzo a comprender. Profundizo las teorías, pero entonces ¿Será mi pensamiento? ¿Mi punto de vista femenino lo que echa a perder todo?
Como no nos ponemos de acuerdo te invito a que te vayas, te borro de mi barca y sigo sola, encuentro entonces que me ha llegado a visitar una amiga de mi juventud. Ella me abraza, me dice que no pasará mucho tiempo en que ya ande por las calles, que no piense en ti. Que así son todos, que te bajan para ellos sobresalir, aunque las mujeres seamos más inteligentes.
Cuando salgas, me dice, vas a seguir siendo tú, mírate, tan bella, ¿Cuántas mujeres hubieran querido tener la oportunidad de ser autosuficientes? No depender de un hombre y ver sus cuerpos y sus vidas marchitas de tanto servir…
Entonces miro la foto de mi sobrina, surcada su frente con mil arrugas, una fotografía muy elocuente. Él, su esposo, en el centro de la foto, como si el cuadro no admitiese a nadie más. Se ve risueño, tranquilo, todo poderoso. Y en una esquina aparece ella, como un parche, como alguien que no está invitada, pero entra. Otrora bella, su piel marchita, su mirada triste, su sonrisa congelada.
Me enojo mucho, corro a mirarme al espejo. No, los años se la han comido a ella. No, no son los años, es la vida que está llevando. Pero recuerdo que cuando trataron de ayudarla ella se negó. Dijo que esa vida le gustaba. Que se quedaba ahí. ¿Será que ella encontró su lugar y yo nunca el mío? o ¿Qué yo encontré el mío y ella nunca pudo salir de su cárcel?
El secreto de la pócima del feminismo (sólo online)
Maribel Pedroza Villanueva, Ciudad de México
Muchas veces me pregunté si el feminismo podría aportar a mi vida, en tiempos de encierro en esta cuarentena, si podía hacer que viviera esta situación de forma distinta, pues bien, considero que la respuesta me lleva a una especie de “pócima mágica”, y pienso que no estamos lejos de ser realmente unas brujas, de esas brujas que se sanan y sanan a otras muchas que podríamos terminar invitando a hacer hechizos de amor y sororidad juntas. En momentos de crisis, de estrés o de preocupación solemos recurrir a nuestras propias creencias y prácticas para sobrellevar las situaciones difíciles, para salir adelante y para enfrentar las dificultades, lo que yo ahora quiero compartir es mi forma de enfrentar esta cuarentena.
Lo importante para mí es poder compartir con otras mujeres nuestro pequeño secreto, el secreto de nuestra pócima, ese que hemos construido de la mano de muchas mujeres y que hemos heredado y aprendido de la experiencia de muchas otras que se han cruzado en nuestro camino.
Comenzaré con decirles que deben colocar una alta dosis de sororidad, ingrediente muy importante, esa pequeña sensación, que nos hace sentir empatía por nuestras hermanas, que nos hace ponernos en sus zapatos, que nos hace sentir su dolor y tomar sus manos para decirles no estás sola, aún en el encierro no estás sola, y si me necesitas puedo salir a buscar y pedir ayuda para ti, incluso a darte mi mano para que la tomes con fuerza y puedas decir ya no más. Unas gotitas de fortaleza, diría que es de lo que no se pueden olvidar, y es que cuando sientes que vas a caer, que ya no puedes más, sólo necesitas buscarla en tu interior, pensar en lo mucho que tus hermanas confían en ti, en lo mucho que saben que eres una mujer fuerte y que esa fuerza nos ha unido por años para seguir luchando juntas.
Ramitas de deconstrucción súper importante, fáciles de encontrar, sólo basta con leer a tus hermanas en interminables libros, escucharlas en los foros, pláticas, conversatorios, buscarlas, buscarlas para ayudarnos a comprender que aquello que nos dijeron sobre cómo debía ser una mujer, pues al parecer no era tan cierto, pero que no te preocupe, porque puedes tener la certeza que lo que te espera te hará sentir más libre. Un puñito de autocuidado, muy importante incluirlo, no olvides ponerle dos cucharaditas de música, una buena taza de té o café, un masaje, una charla, un buen libro, algo de yoga, ejercicio, una buena siesta, una sesión de relajación y una buena sesión de reflexión de tus sentimientos y deseos, no olvides ponerte siempre primero que nadie, aunque sea un minuto del día. No debes olvidar poner tus redes de apoyo (amigas), ingrediente muy importante, no importa que sólo sea una, ponlas siempre cerca de ti, escríbeles si te sientes mal, llámalas si sientes que no resistes más.
Y como ingrediente final no olvides colocar una buena dosis de lágrimas, esas que son sanadoras, esas que liberan y esas que nos ayudan a tomar un respiro para volver a levantarte la vista y mirar que eres valiosa y que nada ni nadie tiene el derecho a hacerte sentir lo contrario.
Este confinamiento obligatorio nos ha hecho enfrentar no sólo la situación del cuidado de nuestra salud, también ha hecho que enfrentemos situaciones diversas tanto sociales por aquellas imposiciones del deber ser de las mujeres, como privadas, que tienen que ver con la precariedad, desempleo, situaciones de violencia y las perdidas familiares que muchas podemos estar enfrentando. Al respecto, lo descrito líneas anteriores más allá de parecer un cuento imposible, o una fórmula inalcanzable ha sido en mi vida una manera de enfrentar el confinamiento, una manera de sentirme fuerte, de sentirme acompañada, de sentir que el feminismo desde que llego a mi vida la ha transformado y de pensar que si muchas mujeres pudieran conocer y vivir el feminismo, tal vez la forma de enfrentar este confinamiento podría ser más llevadera, porque sabrían que aún en el encierro ¡No están solas!.
Enemigo invisible (sólo online)
Yolanda Alarcón Vilchis. Ciudad de México
Perdida entre la bruma de la nada
apenas sutil, descubro tu silueta,
y lentamente se va desdibujando
y se vuelve polvo, que se lleva el viento.
Dicen que la distancia es el olvido,
más olvidar es, ¡Tener que repetirlo!
pero, asumir la realidad, a veces es ¡Tan duro!
que preferimos evadirla… ¡Enloqueciendo!
No queda más que vivir el cruel destino,
que nos deja a su paso… ¡Tantos muertos!
y pensar que desafiar a la naturaleza,
siempre nos va a dejar… ¡Profundas cicatrices!
¡Salir de la demencia es necesario!
para poder corregir nuestros errores,
creer que somos…Los seres superiores,
¡Al Universo no le gusta y nos lo cobra!
¡El enemigo, no está entre nosotros!
y…Es invisible a nuestros ojos,
por eso, no existen bombas ni pistolas,
que puedan rendir… ¡A la materia!

Esta caricatura que pertenece a una serie que se llama La Caricuarentena y está pensada en la EQUIDAD de género, así como en la SORORIDAD que es lo que desde que tengo el gusto de conocerlas hemos luchado e impulsado dada la gran necesidad de erradicar el machismo; de que las mujeres nos empoderemos y sepamos luchar por nuestros derechos.
Todo esto con la finalidad de hacer un camino para que nuestras jóvenes mujeres tengan menos peligros y que no solo se hagan leyes, sabemos que existen, porque Mujeres Morena tiene mucho tiempo trabajando en ello, pero que si no se cumplan, seguirá habiendo feminicidios, violencia de pareja, violencia familiar, social, laboral, política, etc.
Educar de manera sencilla es una de las finalidades de la caricatura y por eso es que trato de abordar temas difíciles de explicar pero que se pueden mostrar de forma gráfica y ligera, para que nuestras niñas y mujeres en el futuro tengan una vida justa, digna y feliz.
Es momento de renacer (sólo online)
Sofía López Ortiz, Ciudad de México
La etapa que estamos viviendo actualmente incita a reflexionar acerca de lo que estamos haciendo como seres humanos y a dónde nos llevará. Como mujeres nuestro papel es demasiado importante, pues no se trata sólo de quedarnos en casa y reflexionar, se trata de todas las mujeres que viven con su agresor, de todas las mujeres madres solteras que luchan por mantener a sus hij@s en esta crisis, se trata de las tareas domésticas que desgastan cada día con jornadas de más de 12 horas.
Cientos de jóvenes luchan por mantener sus estudios en un hogar disfuncional, y se lucha contra un sistema patriarcal que niega que estas situaciones existan. Las discusiones familiares sobre lo que debería hacer o no una mujer, su comportamiento, su forma de vestir y su sexualidad, se han vuelto una pelea constante.
Esta cuarentena ha servido para que muchas mujeres reflexionen sobre la importancia de su trabajo, de su estabilidad. Es momento para que cada una de las mujeres que sienta que no están siendo valoradas, haga algún cambio en eso, ya sea leyendo algún libro o novela que hable sobre los micro machismos que se viven día con día, o con el simple hecho de decir “¡Ya basta!” a ciertos comportamientos o denigraciones hacia nosotras.
Sé que es un paso difícil, a mí me costó aceptar que estaba siendo violentada con frases simples como “una señorita no habla así”, “así no se comporta una mujer”, “una mujer no cuestiona” y la más ofensiva, a mi parecer, que hay, “porque eres mujer, y debes de ser así”. Es difícil hacer visible que las agresiones existen, pero no es imposible.
Es labor de cada una de nosotras, como mujeres, como mujeres trans, como mujeres miembr@s de la comunidad LGBTTTIQ, como mujeres indígenas, luchar para que nuestra voz se vuelva la voz de todas. Es nuestra labor el que se nos reconozca como personas capaces de iguales o mejores cosas que los hombres, y que somos capaces de tomar nuestras decisiones. Durante siglos, la voz de las mujeres ha sido callada, oprimida. Es momento de alzar la voz y de luchar juntas, desde nuestra trinchera, ya sea con los hij@s, compañer@s de escuela y de trabajo, es momento de decir ¡YA BASTA! y trabajar juntas por el futuro de las que vienen.
Por las que vienen, por las que ya no están, es momento de luchar y de nunca parar.
Es tiempo de dejar de estigmatizar el amor romántico, ese donde solo se sacrifican por complacer, es momento de aceptarnos tal cual somos, en lo social, sexual, en lo político y en el pensamiento. Pues cuando nos pensemos libres, lucharemos por serlo.
Para terminar, solo quiero dejar una frase de una de las luchadoras por la igualdad de derechos de la mujer en el siglo XX.
“Es absolutamente imposible encarar problema humano alguno con una mente carente de prejuicios.”. Simone de Beauvoir
Este Planeta Llamado Casa (sólo online)
Martha Magdalena Espinoza García, Chiapas
Desde el inicio del confinamiento, mi casa parece no pertenecer a ninguna parte. Da la impresión de estar construida sobre una pequeña isla. Es mucho el silencio; mucha la quietud proveniente del exterior, sobre todo por las noches, tanta como que si habitáramos en un diminuto planeta circundado por la Nada.
En este planeta, durante el día, la actividad es intensa. Mi hijo y yo, tenemos tiempo para: leer, escribir; escuchar música; realizar manualidades diversas, conversar entre nosotros; llamar por teléfono a la familia o a los amigos y hasta para realizar actividades domésticas.
El día transcurre con apacible calma. Al oscurecer, mi ánimo decae de manera paulatina. La noche no es mi aliada; me provoca intranquilidad, desasosiego. Con su quietud abrumadoramente silenciosa, me resulta propicia para crear escenarios inverosímiles. Imagino un cambio drástico en el paisaje de las calles; a personas que agreden a otras “allá afuera” y que llegan hasta matarlas por un trozo de pan o una ración de comida. De manera recurrente, pienso en mi madre, la imagino sola y enferma; me aterroriza la idea de que pueda contraer el virus. Mis hijos mayores y sus respectivas familias, son un gran motivo de preocupación, tenemos 48 días sin vernos. A veces, no resisto su ausencia y quisiera llamarles por teléfono a cualquier hora del día o de la madrugada. Desisto de la idea, hasta que, poco a poco, el sueño empieza a vencer mi desasosiego.
Comienzo otro día con nuevas esperanzas, con nuevas expectativas; con el ánimo renovado. Inicio mis actividades, respetando los horarios habituales. Mi hijo, por el contrario, ha invertido sus tiempos regulares: duerme durante toda la mañana y, permanece despierto casi toda la noche. Lo reconvengo; aunque no insisto demasiado. Este joven, dejó por mí, sus compromisos personales y laborales y decidió acompañarme en el confinamiento, el día que yo decidí hacerlo.
El vigésimo día de permanencia en casa, se exasperó en alto grado. Casi a gritos, manifestó su hartazgo por el confinamiento; su dolor por haber truncado sus estudios y el aplazamiento de los planes para instalar una barbería. Lamentó el cierre de su pequeño negocio de zapatos y la cancelación de la venta en línea. Mientras gritaba, varias veces, intenté disuadirlo y no me escuchó… ¡Él quería ser escuchado! Por eso dejé que libremente externara sus sentimientos.
Ambos estamos alterados. Aunque nosotros nos hemos esforzado por crear este pequeño mundo, este diminuto planeta, llamado casa; muchas veces, la realidad nos sobrepasa. No es sólo el temor de contraer el coronavirus, ni por los estragos que causa el aislamiento; también hacen su parte el amarillismo y las noticias, sobre todo, aquellas creadas con la finalidad de infundirnos miedo.
Continuaremos transitando entre la ecuanimidad y el desasosiego. Nos aferraremos a este planeta – subterfugio, hasta el momento en el que, cerremos para siempre los botes de cloro, de gel o de vinagre. Y nos invadan los sonidos; el bullicio de la gente caminando por las calles… Y nuestros ojos se aturdan por el brillo del sol que nos inunda. Volverán las reuniones, las comidas, los festejos, las charlas en familia. Y nos daremos abrazos y besos muy sentidos; sin que nos inquiete o contenga el miedo… sin que exista más, un grueso barbijo o un guante de por medio.
Festejando setenta años en cuarentena (sólo online)
Esther Baradón Capón, Ciudad de México
El dos de mayo cumplí setenta. Completar siete décadas de vida no es cualquier cosa, por lo que desde tiempo atrás empecé a planear un fiestón en grande, en un agradable jardín, con taquiza y bailongo, al que invitaría a familiares y amigos. Pero llegó la pandemia y todo cambió. Fase uno Susana Distancia, fase dos Quédate en Casa e inevitablemente la cuarentena, hasta que llegó fase tres. La cuarentena es una experiencia en la que una debe aprender a vivir algo nuevo y reinventarse. Hay quienes la llevan al extremo de no salir para nada y hasta pedir el super por internet, y otr@s que preferimos salir a comprar los víveres.
Dos días antes de mí cumpleaños se nos ocurrió a Rafael mi pareja y a mí ir al mercado, a pesar de que habíamos leído una nota que publicó el alcalde de Miguel Hidalgo en la que informaba que mi barrio y sobre todo los mercados, se habían convertido en focos rojos de contagio. Pensamos que si nos manteníamos a sana distancia y llevábamos tapabocas, la libraríamos. Me gusta comprar ahí la fruta y la verdura porque son de muy buena calidad y apoyamos la economía local. Rafael nunca me deja salir sola en esta cuarentena porque dice que soy muy despistada y me cuida las espaldas, que nadie me hable de frente por lo de la nube de saliva y a menos de dos metros, como recomienda el doctor López Gatell en sus conferencias diarias.
Una vez en el mercado busqué un puesto con buena calidad de productos, en el que hubiera poca gente. Al llegar al primer puesto el joven que despachaba no portaba cubrebocas y sin darme cuenta se me acercó mucho: “¿Qué va a llevar güerita?” Cuando de pronto sentí que Rafael me jalaba hacía atrás para lograr los dos metros. Ya a sana distancia le estuve pasando la mercancía para que me la pesara y me hiciera la cuenta.
Cuando terminé de comprar en ese puesto me pasé al de enfrente para seguir comprando los pepinos, el brócoli y empecé a pasarle a la que parecía la dueña para que los pesara, cuando de pronto, como si yo tuviera un imán, el puesto empezó a llenarse de compradores, la mayoría sin protección y lo peor, la dueña comenzó a toser. Tosía y tosía y la gente seguía llegando. Rafael se había ido a comprar fruta a otro puesto y yo en medio de esa vorágine, no me podía mover porque las bolsas de mis compras estaban tan llenas y tan pesadas que no podía ni levantarlas. Empecé a apanicarme en medio de todas esas personas sin tapabocas y la señora tosiendo. Era como si estuviera en pleno infierno. Cuando regresó Rafael le urgí que saliéramos corriendo de ahí cuanto antes.
Al llegar a casa me quité la ropa a toda prisa y me metí a bañar. En el baño me tallaba con fuerza. Las imágenes del mercado regresaban a mi mente una y otra vez. Así fue como empezó el viacrucis, con gastritis nerviosa incluida. Como les decía, todo esto dos días antes de mi cumpleaños. No dejaba de pensar en lo terrible de terminar en un hospital Cavad con un respirador que aún no llegaba de China. El sufrimiento era terrible y de pronto me volví la más mística. Le rogaba a Dios que me permitiera llegar a los setenta en casa. En medio de toda esa angustia, finalmente llegó el día tan esperado. Dios me había concedido llegar a mi cumpleaños sana y salva. Preparé una suculenta cena, pero la gastritis no desaparecía y tampoco la preocupación que desbordaba mis nervios, porque según lo que yo había entendido de las conferencias del doctor López-Gatell todas las tardes, los síntomas de contagio aparecen dentro de los primeros ocho días.
Puse la mesa muy elegante del festejo en el patio de las macetas. De aperitivo un mezcalito maridado con higo, ensalada de lechuga china, sopa de champiñones, dos porciones de pasta con salsa de berenjena y pollo con jitomate; de postre, mango con crema, y vino francés. Obvio, había olvidado la gastritis aguda por completo.
Después de tremenda comilona y poco antes de irme a dormir sentí que me moría. Juraba que me había dado Covid19. Regresaban una vez más a mi mente las imágenes del mercado, de la señora que tosía, de los clientes sin tapabocas, cuando de pronto me encontré en la tasa del baño devolviendo toda la cena, vino incluido.
Esa noche me costó mucho trabajo conciliar el sueño, pero antes de cerrar los ojos, le di gracias a Dios por haberme permitido completar las veinticuatro horas de mi cumpleaños setenta, con ese deleitante festejo en medio de una pandemia.
Impulsando una maternidad amorosa desde la decisión, ser o no ser (Foto 1 y Foto 2) (sólo online)
Diana Angélica Miranda Malpica, Ciudad de México
En confinamiento y en toda circunstancia de nuestra vida las mujeres tenemos el derecho a decidir sobre nuestros cuerpos y nuestra vida, porque una maternidad responsable nos impulsa a ejercer una maternidad amorosa.


El feminismo como aliado en la cuarentena (sólo online)
Jessica Fernández Romero, Ciudad de México
“Escriban, produzcan, hablen.
Son siglos y siglos de represión y no se detiene.
Escriban de todos modos que las palabras de las mujeres llenen el mundo.
Tu silencio no te protegerá”
Audre Lorde[1]
Estar en casa durante la cuarentena ha sido parte de un proceso personal para trabajar el miedo a la soledad, ese que desde que era pequeña socialmente me introyectaron, haciéndome pensar que necesitaba a alguien más para poder ser feliz, una pareja, un/a hijo/a o una mascota. El feminismo por su parte, me ha mostrado que las mujeres tenemos diversas posibilidades de habitar este mundo, que nunca estamos solas, que podemos ser amigas de otras mujeres y que la sororidad permite crear redes entre nosotras.
De eso se trata el asumirte feminista, de construir otras formas de relacionarte, vivirte y pensarte. En mi caso no ha sido fácil, porque primero significo romper con mucho de lo que era o pensaba ser en varios aspectos de la vida. Hoy sé que no es solo saberte el “discurso o pintarte el cabello de morado”, significa también cuestionar lo que te lastima, te somete, te genera dependencia y, construir tu vida con base en lo que consideras nutre tu proyecto de vida, desde la libertad, conciencia y autonomía.
El feminismo ha sido mi aliado por varias razones, una de ellas es que al vivir sola, ser autosuficiente y autónoma en medio de la pandemia, he fortalecido herramientas y habilidades con las cuales me siento contenta, tranquila. He podido dedicarme tiempo a mi misma y confrontar fantasmas internos, los que a veces por las dinámicas diarias no había querido aceptar. Estos a veces aparecen por medio de ansiedad, tristeza e incertidumbre, en estos días he comprendido que al validar mis emociones soy una mujer fuerte, sincera y congruente.
Otro aspecto ha sido que al tener comunicación con mamá, hermana y las amigas, me he dado cuenta de que las redes amorosas entre mujeres son las que te sostienen y acompañan en momentos de crisis como esta. La tecnología ha sido parte fundamental de esto ya que puedes estar al pendiente de las otras personas sin salir de casa, aunque eso nunca va a sustituir el contacto físico, pero se ha convertido en el medio idóneo y nos ha permitido seguir compartiendo, guardando nuestra sana distancia.
Continuar con mi proceso terapéutico feminista a través de sesiones virtuales ha significado algo positivo en estos días, de esa forma puedo canalizar mis malestares y hablar de lo que me va generado este confinamiento, considero que es sanador y ha sido una de las puertas que el feminismo me abrió desde hace algunos años. Es importante poner atención en nuestra salud mental, hablar de lo que nos duele, nos molesta, nos entristece, es aceptar nuestras heridas e irlas sanando de manera amorosa, con autocuidado y amor propio.
Hacer videollamadas con las amigas es una de las cosas que he disfrutado mucho, ya que de manera virtual podemos seguir bromeando y compartiendo lo que día a día nos pasa y cómo vamos viviendo esta cuarentena. Con ellas construyo desde el feminismo, observo que tenemos ideales parecidos y disfrutamos la vida desde el encierro. Es fundamental ocupar el espacio virtual con contenido feminista que permita erradicar la violencia virtual contra las mujeres, niñas ya adolescentes.
Al terminar esta cuarentena regresaremos a nuestra cotidianidad, pero estoy segura que no será como antes, ahora tendremos otros hábitos de higiene, usaremos cubre bocas durante algunos meses más y estaremos al pendiente del distanciamiento social en espacios públicos. Esta pandemia también vino a romper la forma en que veníamos viviendo, nos invita a cuestionarnos nuestros hábitos, formas de consumo, a valorar lo que tenemos aquí y ahora.
[1] Audre Geraldine Lorde (18 de febrero de 1934 en Harlem, Nueva York – 17 de noviembre de 1992 en Saint Croix) fue una escritora y activista multifacética. Auto identificada como «una guerrera poeta feminista negra y lesbiana», Lorde escribió para empoderar a sus lectoras y lectores pertenecientes a categorías marginalizadas por el capitalismo, el racismo y el heterosexismo. Su obra fundamental de consulta es «Sister Outsider», un libro de ensayos que contiene varios de sus textos más influyentes de las luchas contra el racismo, el machismo y la opresión heteronormativa. En https://www.traficantes.net/autorxs/lorde-audre
«Mis experiencias en tiempos de COVID-19” Año 2020 (sólo online)
Ignorina Guadalupe Palafox Soto, Ciudad de México
Todo transcurría a principios del año 2020, llevando a cabo acciones y planes establecidos.
Como mujer profesionista, labor social (consejera CEPSE), esposa .madre ama de casa cubriendo responsabilidades. Todo se escuchaba lejano, todo ocurría en el otro hemisferio del planeta, las redes sociales no cesaban de informar, pero aun así no se veía llegar la grave situación por la pandemia por covid 19, hasta que las actividades relevantes de trabajo cesaron.
Los días transcurrían y tal como nos lo informaban en la conferencia de la mañanera en T.V. Por el Presidente de la República Mexicana (AMLO) y el secretario de salud Dr. Alcocer y epidemiólogo subsecretario de salud Dr. López Gatell, esa información nos preparaba y daba calma, certeza de que algo grave venía pero le daríamos batalla.
Ya en los planteles escolares se estaban tomando medidas extremas de higiene, el uso de gel antibacterìal, mantener sana distancia y lavar las manos etc… Hasta que el día esperado llegó y las rutinas de vida se detuvieron el 20 de marzo 2020, para la mayoría, aunque con previo aviso, fueron éstas de desconcierto.
Estar en la adecuación de ritmos de vida diferente sin saber cómo abordar realmente la situación de salud, saber que ya había ocasionado muertes el virus Covid sars2 en otros países me conmocio- naba y estresaba. No obstante decidimos estar informándonos y seguir indicaciones de expertos en materia de salud. La veraz información calma pero recibir noticias falsas (fake news) y especular, desestabilizaba anímicamente y aumenta la preocupación, aunado a implementar para nuestros hij@s y familia esquemas de trabajo diferentes y en el caso escolar hacer trabajos escolares por obligación y con la exigencia para poder aprobar un ciclo escolar, solo incrementaba la presión psicológica. Creo que implementar y basarse en los libros de texto resolverlos, ser prácticos ayudaría. Poco a poco y con la información constante me di a la tarea también de informar de acuerdo a lo que decían l@s expert@s utilizando todos los medios posibles, me ayuda a comprender la situación mi nivel de preparación académica (Lic. Geografía) saberlo que ameritaba hacer unión social y seguir indicaciones de los expertos en la salud y esta vez confiando por tener un gobierno 4t con un rigor de trabajo diferente, de confianza y respeto para vida de su población.
Evitar salir de casa, cuesta y más cuando hay necesidades. No estamos preparados para abordar la situación. Simplemente vivir y padecer Covid 19, motivo suficiente para caer con un poco de paranoia. Estado que se supera con los buenos deseos de amistades y familia.
Afortunadamente hoy lo estoy contando, pero desafortunadamente lo vivimos en casa, la salud cayo, y nos cimbro saber por los medios de test (Susana distancia y Locatel) que estábamos infectad@s, pero por revisión física, diagnosticaron cuadro agudo de faringitis, pero con un bajo nivel de contagio. Esto era decisivo para estar en un confinamiento de cuarentena obligatorio y riguroso, con un deber de no contagiar y si de dar batalla y salir victorios@s de la enfermedad.
Compaginar lo actual y con lo que viene a futuro es realmente un desafío para tod@s, pero la confianza de tener un gobierno aliado a las poblaciones de un país antes devastado por sus antecesores en los gobiernos deficientes y corruptos, nos resulta unir y reunir esfuerzos y actuar en consecuencia con modelos económicos más eficientes donde el despilfarro en cada situación y actividad resulte nulo. Necesitamos ver una vida sustentable y donde poder invertir reditué y no envuelva a cada hogar en un barril de inversión sin fondo.
Es indispensable trabajar en las formas de interrelacionarse entre individuos donde se piense más por competitividades con una gran visión colectiva. Donde se promueva también la calidad de convivencia con bienes de servicio y consumo moderado mediante educación de tipo sustentable esto desde niveles básicos de educación escolar.
En este año hay cosas muy valiosas y relevantes que retomar inclusive ver lo que afecta psicológicamente lo que se implementa para ayudar o afectar.
Todo quedara como experiencia y aun con todas las incomodidades que pudiéramos tener el estar en casa y no en un refugio o con toques de queda ò con otras represiones, es una bendición seguir viviendo con una representación de autoridades de un gobierno (Lic. PRESIDENTE.ANDRES MANUEL LOPEZ OBRADOR) con perspectiva de gobernar con humanidad y tomando decisiones estratégicas. Salir delante y de la mejor forma es la misión.
“La pandemia en la ruta de los volcanes” (sólo online)
Gloria Rafaela Pimentel Chagoya, Estado de México
He huido del coronavirus en la Cdmx, pero si don Goyo hace erupción, prefiero el virus chilango. Amecameca se ha repuesto del último terremoto y ya luce con orgullo al Sacromonte y al pueblo mágico de Ayapango de Ramos Millán. Cerca está San Cristóbal Poxtla, donde se crio mi madre creyendo en brujas como “bolas de fuego”. Ahora es pueblo de ganado y queserías. De nuez de castilla, cocoles y chileatole.
Al inicio de la pandemia mis parientes replicaban: “Eso del virus no es cierto, es cosa del gobierno, aquí no pasa nada…yo no sé nada. Gran conflicto me ha causado el evitar el saludo de mano y el beso en la mejilla. Unos se sorprenden cuando saludo con el codo, otros disimulan su enojo y algunos que comprenden la situación, responden con el codo y sonríen. Al parecer el no saludar de mano afecta su autoestima.
Hace dos meses y con la iglesia cerrada, una procesión encabezada por mariachis, recorrió el pueblo. Atrás iba la madre cargando a una pequeña con su ropón de bautizo, seguida de familiares e invitados. Más tarde al hacer su rondín, la policía de Ayapango desalojó la fiesta.
Pero la mayoría de los poxtleños no creemos en eso de la sana distancia y extrañamos la convivencia y las fiestas patronales. La pura verdad, encerrados seguimos celebrando los cumpleaños y los novenarios. El último rezo de un joven difunto lo encabezaron las mujeres. Al final el pariente más anciano me cuenta: ¡-Uy, si usted supiera, a mi tata en 1918 lo atacó la viruela, por eso quedó cacarizo. Se salvó de la vacuna porque se escondió en el granero. En Tepetlixpa la viruela negra mató a muchos más que ahora!.
Un domingo fui de compras a Amecameca. El jardín principal estaba cercado y los cajeros del banco con largas filas de clientes. El municipio prohibió el esperado tianguis tradicional, aun así la afluencia de gente no disminuyó.
Aquel día compré el “Amaqueme”, periódico con importante presencia en la zona. Tiene una mezcla de nota roja, con noticias sobre las actividades de funcionarios y publicidad. Leí un acertado artículo de la primera semana de mayo del 2020 con el encabezado: “Covid-19 en región Oriente del Estado de México” con las siguientes cifras: Chalco 157 contagios y 11 decesos, Tlalmanalco catorce contagios y un muerto, Ameca diez contagios, Tepetlixpa dos muertos, Ozumba cinco contagios, Cocotitlán cuatro enfermos, Atlautla tres contagios y un fallecimiento, Temamatla tres contagios y Ayapango dos contagios.
A fines de mayo llegó el luto a San Cristóbal Poxtla. Un muerto por Covid “que quemaron” así dijo mi prima y a los quince días falleció el padre. La gente decía…”Es que murió de tristeza”. Y puede ser verdad, porque dos años antes encontró a su hija “Que se había ahorcado”. La última noticia alarmó a las mujeres del pueblo. Comenzaron a usar cubrebocas y guantes. Los mostradores de tiendas y queserías fueron forrados con hule cristal y servicio de gel a la entrada.
En este pueblo tanto las mujeres como los hombres solo alcanzan a estudiar la secundaria, porque hay una importante deserción escolar, a pesar de tener cerca las instalaciones de la UAEM. La economía es precaria. Solo los dueños de las queserías viven con holgura. Los jóvenes han ido abandonando el campo para ingresar a las fábricas como obreros y en funciones de seguridad. El trabajo es temporal y no permite crear antigüedad. La inseguridad en el trabajo ha incrementado el alcoholismo. A las mujeres jóvenes se les fomenta dedicarse a las labores del hogar. Su motivación está en la unión libre con embarazos en la adolescencia, además apoyan a la familia con la siembra de temporal y el cuidado de animales domésticos. Y como en el resto del país, sufren violencia familiar, laboral y sexual. Paradójicamente existe en el municipio, la Procuraduría de la mujer y circulan las camionetas con el logo de la Alerta de género.
Así se está viviendo la pandemia en Poxtla, donde además hay vecinos descendientes de la familia del Mazo y en la cercana exhacienda de Retana vive familia política del ex presidente Calderón. Pero eso es otra historia.
La transformación de la pandemia en nuestras vidas (sólo online)
Isbet Lara Corona
Cuando mi vida ya contaba con una serie de actividades: laborales, deportivas, de hacer nuevos viajes, de convivir con mis amigos cercanos , reuniones familiares, salir a lugares a divertirnos y ahora esto ha cambiado con una manera distinta, para construir nuevas formas de vivir .Con esta pandemia, que trae a mi vida nuevos retos, para seguir aprendiendo , construyendo como persona, a reinventarme una nueva realidad, día con día, como son : usar plataforma de Zoom para estar en cursos, para mi desarrollo profesional, laboralmente, con otra Meet, para llevar una materia pendiente . Trataré de volverme más disciplinada, para seguir redactando la tesis; hare ejercicio en casa, siguiendo transmisiones en vivo de Facebook Live Sportium Club.
Cómo asumir cambios de forma constructiva, para salir avante, con las adversidades que la misma vida nos presenta, estas situaciones, como personas, nos hacen tener mayor resiliencia, para tener un crecimiento personal, así nos damos cuenta del aprendizaje, que se ha tenido en esta situación, que nos marcó una pauta en este 2020 para una reconstrucción social.
Las enseñanzas, que nos ha traído esta pandemia, como sociedad a nivel mundial es asumir posiciones ante lo que acontece , saber que la forma en que uno vive esta situación actual, no es la misma realidad, que tiene cada individuo, los contextos de cada población son distintos; hay que tener en cuenta, que cada uno, se sobrepone a estas nuevas realidades de vida; planteándose, retos para salir adelante de esta forma edificar una construcción social, para un mejor futuro como país, aunque las adversidades nos modificaron, debido a una temporalidad histórica, la cual no imaginamos que se avecinaría en estos tiempos.
Mi exilio en tiempos de COVID 19 (sólo online)
Adela Yarmila Murguia Miranda, Ciudad de México.
El 29 de febrero puse pie en suelo mexicano aún con los ojos llorosos por haber dejado mi país. El 10 de noviembre de 2019 se efectuó un golpe de Estado en Bolivia que a la fecha siente las secuelas de abandono. A causa de este hecho y por una determinación salí de mi país con el fin de encontrar amparo en México. Al momento de mi llegada di inicio al trámite de solicitud de asilo político, mientras me realizaban la entrega de mi documento de identificación, en la radio, televisión y todos los canales de comunicación se daba inicio a la “Jornada de Sana Distancia” e informaban que se detenía todo trámite administrativo desde el lunes 23 de marzo hasta nuevo aviso. Al filo, sin un abrazo en físico, pero si simbólico México me daba la bienvenida y cobijo.
Los primeros quince días de estadía los viví en Coyoacán, posteriormente y favor de una mexicana de enorme corazón y brazos abiertos que me dio durante un mes techo en la Colonia Centro; conté con la compañía y la resistencia de dos gatas y un compañero de piso, fue allí donde comencé el confinamiento voluntario.
Al margen de mis mudanzas mi llegada fue armoniosa, me sentí perdida sí, y sí también, un tanto sola, caminaba las calles con “como un soplo en el corazón” en busca de un espacio para vivir, de trabajo, estudio yo era mínima ante una ciudad que al mirarla desde el metro entendía su magnitud, efectivamente tiene mayor población que mi país entero.
Las conferencias matutinas del presidente Andrés Manuel López Obrador y las del Dr. Hugo López Gatell dieron alivio a mis ansias de salir en busca de lo que dejé perdido en Bolivia trabajo, familia, entorno. Puedo decir que gracias a esta pandemia logré reencontrarme mediante web con mi familia, compañeros/as, amigos/as y conmigo misma. Me di el tiempo para recibir el abrazo de México como un soplo sanador en mi pecho.
Yo despedí a mi país con militares en las calles, con asedio y persecuciones políticas, aún llevo la consigna de lucha por justicia, por dos masacres ejercidas por las fuerzas militares-policiales contra mi pueblo boliviano. No imagino, ni quiero hacerlo, otra forma de tratamiento por parte del gobierno mexicano ante esta crisis sanitaria. A comparación de mi natal Bolivia, la forma draconiana impuesta por el actual gobierno de facto, solo valoriza y enaltece al pueblo mexicano.
En México estoy en casa, son tantos mexicanos/as que se han detenido a echarme una manita, simbólica, pero que agradezco que palmen el alma de una boliviana en exilio.
Mis experiencias en tiempo del COVID-19 (sólo online)
María Alma Rosas López, Guanajuato
De pronto… un día del mes de marzo de 2020, en México y en el mundo; nos cambió la vida a todos, digo a todos, ya que sabíamos de un virus que surgió en China el pasado año y que era letal, pero lo veíamos muy lejano, pero no fue así, llegó a México y nos encontramos sin la infraestructura necesaria en el sector salud, aunque recientemente en el mes de noviembre del 2019 se reformó la Ley General de Salud para validar la creación del Sistema Nacional de Salud para dar cobertura a la población mexicana, aún y con esta reforma no se logra cubrir la demanda para la atención ciudadana en cuanto a esta contingencia.
Ante esta situación me permito hacer un balance de lo vivido y por vivir, porque me parece imposible que un minúsculo casi imperceptible virus, haya cambiado y perdido la vida, de miles de personas y lo que aún falta por venir y que con solo lavarnos las manos con agua y jabón y frotarlas ese bicho se pueda ir por el caño. Este virus llegó para quedarse y en tanto no se encuentre una vacuna debo ser más cuidadosa en mi entorno familiar y que de ahora en adelante debo cambiar muchos hábitos de higiene y limpieza.
Afortunadamente el triunfo del 2018 cambió el rumbo de nuestro país, que hubiese pasado si el neoliberalismo siguiera gobernando? este país sería un desastre, sin el apoyo económico a los adultos mayores estaríamos en una angustia y desesperación constante, por otro lado, esta pandemia fue coordinada desde el principio por un buen equipo de científicos bien preparado y que diariamente a través de las conferencias nos informa de los estragos y muertes generadas por el coronavirus, además de los apoyos recibidos por otros países; sin embargo, esta PANdemia me ha dejado ver la otra cara, la de los adversarios políticos tecnócratas, que ahora convertidos en oposición que no hacen política, porque no saben hacerlo; se han convertido en la otra PANdemia, porque además no defienden un proyecto económico ya que defienden únicamente sus intereses, sus privilegios y se valen de argucias y pseudoreporteros que utilizan la mentira, la provocación, la banalidad, la violencia y mucho, muchísimo amarillismo, ahora se organizan bajo un lema en contra de AMLO, donde lo único que los mueve es la frustración, queriendo desestabilizar el avance del gobierno de la 4TRANSFORMACIÓN, y que aunque a estos fifinazis les pese, éste cambio llegó y es necesario enfrentar esta otra PANdemia, ya que el neoliberalismo lo único que nos dejó fue desempleo, hambre y miseria y a este país lo han dejado en la pobreza no solo de cosas materiales, sino también de valores y sentimientos. Esta PANdemia ha permitido que las redes sociales compartan la posición política y democrática de nuestro presidente, y debemos dar la batalla a través de las redes sociales dando a conocer que este país tendrá que salir de la corrupción y señalando los errores tan graves del neoliberalismo incapaz de brindarle a la población salud, empleo, seguridad y educación y que el fin del neoliberalismo ha llegado.
Esta pandemia me ha enseñado que el cambio está por llegar, que bien se puede trabajar desde casa, considerando sobre todo a los adultos mayores y que los escolares bien pueden estudiar a extramuro, el cambio ha llegado para quedarse, me parece que es necesario hacer conciencia en este tema, el coronavirus nos cambió la vida y esto permitió visualizar más de cerca a los adversarios del cambio, la batalla es a través de las redes sociales y vendrán otros cambios y debemos estar preparados para ellos, adelantándonos y preparándonos en la materia, aunque el legado del neoliberalismo es demasiado fuerte para enfrentarlo, sin embargo en esta dinámica se han generado o creado una resistencia social, un gran número de ciudadanos con conciencia de clase está generando una sociedad más crítica y más contestataria y ese capital tenemos que tener la capacidad de coordinarlo para dar la batalla. Me parece que un futuro está por llegar, donde puedan surgir nuevas formas de convivencia política, económica y social. Con estas bases podremos ver la posibilidad de cambio de mentalidad y dejar de ver como mercancía la salud, la educación y el trabajo. Este sería el legado que me dejó el COVID19, es una gran enseñanza.
Mis experiencias en tiempos de COVID-19 (sólo online)
María del Carmen Flores Rodríguez, Chihuahua
Buenas tardes. Como parte de mi experiencia en estos tiempos de la pandemia, es muy importante recalcar que sacó lo mejor y lo peor de mí, ya que vi en persona, cuanta pobreza existe en nuestro estado y aunado a la pandemia que hoy nos agobia, se vieron afectados económicamente por perder sus trabajos. Me gustaría publicar las siguientes fotografías, porque vimos quien de nuestros gobernantes si estaban de corazón en sus puestos y no por avaricia. Ya que al recurrir a ellos algunos nos ignoraron, pero otros sacaron la casta y nos proporcionaron despensas para seguir apoyando a la gente. Yo y varios compañeros iniciamos con la ayuda, pero al ver que cada vez eran más las personas necesitadas recurrí a los representantes de nuestro estado. Me da gusto ver que esa gente que nos apoyó fue precisamente gente de MORENA CHIHUAHUA, y sobre todo que no me equivoqué al votar por ellos. Las fotografías tratan precisamente de algunas las despensas que repartimos a la gente de bajos recursos en la zona rural de Chihuahua en ejido Ocampo o el Torreón. Es una gran satisfacción poder servir y seguir la enseñanza de nuestro presidente el sr. Andrés Manuel López Obrador. Soy orgullosamente militante de MORENA.


Autora: Maria del Carmen Flores Rodriguez
Año: 2020

Autora: Maria del Carmen Flores Rodriguez
Año: 2020
Mis experiencias en tiempos de COVID-19 (sólo online)
Teresa Pérez Baruch, Veracruz
Despierto y resulta que estamos inmersos en algo diferente que nuestro país MEXICO, no lo había vivido. PANDEMIA COVID-19
Damos inicio a una estrategia que para muchos seres humanos consideran una tontería, SANA DISTANCIA Y QUEDATE EN CASA. Indicaciones que son de prevención a nivel Nacional, concientizando a las personas en donde había aglomeraciones, en bancos, supermercados, (sorianas, Chedraui, bodegas gigantes, Oxxo, Bahamas, etc.) es algo difícil, el que nosotros como personas no entendamos que tenemos que cuidarnos y con esta estrategia si la llevamos acaba bien, evitaremos un contagio, eso es lo que platicamos a las personas que están en esos lugares.
A consecuencia de esto recibimos muchas palabras ofensivas por querer ayudar a la ciudadanía, los adultos mayores, no entendieron que ellos eran los principales que podían infectarse, si padecían alguna enfermedad crónica degenerativa (diabetes, presión alta, obesidad, etc. )
En los bancos gentes preocupadas por sus pagos, por cobrar dinero que los hijos, esposos, o familiares le depositan a mucha gente que se ha quedado sin trabajo.
Una señora que llego al banco con su hijo pequeño de meses junto la abuela discutiendo quien entraría al banco, y dando indicaciones que por que habían salido que alguien de ellas se tenía que haber quedado en casa, con el pequeño y ellas contestando pues si quiere vayan ustedes a cuidar a mi nieto a mi casa, nuevamente las agresiones hacia los el presidente de la Republica, al gobierno federal, y a nosotros que les estamos dando indicaciones de la SANA DISTANCIA Y QUEDATE EN CASA. Nos gritan que como nosotros tenemos nuestro salario no sabemos lo que es tener hambre. Y de que todo esto es parte de la estrategia del gobierno para tenernos temerosos.
El ponerse el cubre bocas que al final de cuentas fue otra alternativa también fue muy complicado, ya que muchas personas no se lo ponían adecuadamente y les querían decir cómo hacerlo y no permitían observación alguna.
Esto situación se torna más complicada conforme avanzan los días, nadie se esperaba algo así a nivel mundial, nadie estaba preparado para una pandemia.
Cada uno de las instituciones de salud tanto municipales estales y nacionales estamos haciendo lo debido.
Amanecemos cada día con nuevas indicaciones, pero sobre todo incertidumbre de lo que pasara en nuestro municipio, la gente no está obedeciendo y los muerto e infectados avanzan, aquí en el estado de Veracruz en mi municipio Minatitlán, la curva sigue en acenso.
Mujeres de morena que somos parte de esta 4T, estamos comprometidas con todas las indicaciones que nos marque el sector salud. Para apoyar a la comunidad en esta situación tan difícil.
Una vivencia muy especial que tuve en contacto fue la de unas amigas que sus esposos que trabajan en plataforma al bajar de la plataforma, llegan y se sentían mal, un calvario en verdad no poder verlos, fueron internados y solo a través de información por medio de conocidos, se sabía de su estado de salud. Permanecieron en la cuarentena y lograron sobrevivir. Gracias a Dios por ellos y sus familiares
IMÁGENES DE UN DIA NORMAL PARA IR A TRABAJAR CON PROTECCION COVID-19. Ahora ya no me preocupo que usar para ir a trabajar que convine no se distingue si es hombre o mujer.
Tenemos que aprender a vivir de una manera diferente. Vino para quedarse entre nosotros. COVID-19
Fotografías: Teresa Pérez Baruch, mayo 2020
Mis experiencias en tiempos de COVID-19 (sólo online)
Yesenia Esquivel Nolasco, Ciudad de México
Una etapa muy diferente, que conduce a la pauta de reflexionar sobre el tiempo en que estamos de paso, que somos mortales y que en minutos o segundos todo puede cambiar…Lo cual me deja en un estado de reflexión profunda del surge en mi reflexionar de que será necesario reinventarse ante esta nueva fase en la cual es incierta y el tiempo sigue , y considero que es cuando surge el momento de la espiritualidad de amarse y valorarse más e inyectarnos mucha FE interna y eso a su vez nos eleva la seguridad y formar una nueva concientización para seguir continuando y perseguir nuestro proyecto de vida del cual cada una de nosotras tiene, pero también este tiempo de COVID-19 , no es malo ya que ahora entiendo y comprendo más el por qué las cosas pasan por algo ya que esta etapa me ha enseñado a ser más observadora en los paisajes hermosos que el cielo da, los pájaros se sienten en su mayor libertad de andar si miedo a ser capturados, en convivir más con la familia cercana y verificar como estaba viviendo anteriormente y depurar lo viejo para soltar lo pasado y renacer.
Lo cual considero que en estos tiempos de COVID-19, la moraleja que deja es levantarse como un ave fénix, en reinventarse hacia el medio ambiente para adaptarse a éste y sobrevivir, venciendo resistencias, ya que la adaptación al cambio externo implica también un cambio interno en el organismo para su supervivencia.
Mis experiencias en tiempos del COVID-19 (sólo online)
Ana María Córdoba Méndez, Ciudad de México
Asia parecía estar muy lejano, al otro lado del mundo para ser exactos; cuando se empezó a escuchar COVID 19, algun@s pensamos que sería una historia que terminaría sin vivirla en América.
Fue al pasar de las semanas, que se contaban por decenas y luego por cientos los muertos, hasta llegar a miles; primero fue Asía y luego Europa, empezó un ir y venir de noticias, ya era alerta sanitaria mundial, lo más cercano para nosotros fue la epidemia del H1N1 en 2009 y muchos pensamos que sería parecido.
Sin embargo, empezó una tormenta política, se sumaba al desafío de la 4T, la planeación para hacer frente a esta pandemia. En “la mañanera” se empezó a plantear la estrategia, a decir verdad, creo que somos el único país, que acertadamente, depositó en manos de epidemiólogos el manejo de esta crisis.
Nunca antes se presentaron tan claramente, las hipótesis, el “modelo centinela”, el manejo de recursos económicos por el ejército mexicano que por su lealtad al ejecutivo haría llegar los apoyos económicos a las manos indicadas en los estados; el famoso DN-III que siempre acompaña a los desastres, hoy sumaría la voluntad del pueblo; pero en otro frente, la polaridad de los empresarios, atacando frontalmente al gobierno ante la exigencia del pago de sus impuestos. Sin duda un ambiente tenso y desesperante, tras cada ventana, tras cada mirada y en cada ciudadano.
Tener sangre fría para todo, sin perder el deseo de una trasformación profunda en nuestro país, ahogado desde hace décadas en el modelo neoliberal, y hoy con esta pandemia, la oportunidad de oro de descalificar al gobierno desde la banca derechista.
Nadie antes pensó en las sexoservidoras, un grupo vulnerable al que se ofreció apoyos económicos; los pequeños comerciantes y microempresarios con créditos a la palabra, o las personas que viven en el día a día, y recibieron algunas despensas.
Un bombardeo de fake news, el increíble poder de las redes sociales, sumándonos por grupos y haciendo frente hasta al deshonroso frente anti AMLO, vaya doble y hasta triple batalla que se está librando en este país.
Alguien habló de la salud mental en la que los mexicanos se desbordan en los memes para liberar un poco de tensión por el miedo a morir; dicen que iglesias y bares cerrados, “si el cielo y el infierno se han puesto de acuerdo” esto es grave.
Hay miedo, pero no hay desabasto, el campo siempre tan olvidado, sigue produciendo para que haya alimentos, la guardia nacional resguardando el orden; López Gatell, Subsecretario de Salud, cada tarde sale a tratar de explicar a una jauría de chayoteros, y he de decir que de forma magistral, como se está haciendo frente al COVID 19.
Las jóvenes generaciones desafían el uso del cubrebocas, “esta es una enfermedad que mata sólo a los viejos” decían, y sin embargo, el virus muta, ya no hay garantía.
Y de pronto una luz al final del camino, la UNAM confirma que el hoyo en la capa de ozono se ha cerrado, las playas están limpias, y algunas especies en extinción reaparecen… algo me queda claro.
¡Somos una especie que se depreda a sí misma!, este virus hizo un trabajo democrático, cualquiera puede morir, no hay distinción; y nosotros moriremos tal vez. Pero luchando hombro a hombro con Andrés Manuel, por un ideal de nación.
Mis experiencias en tiempos del COVID-19 (sólo online)
Ivonne Peñaloza, Tamaulipas
Muchas veces olvidamos que el tiempo no se detiene, que la vida se nos puede ir en cualquier momento, que los seres que amamos y apreciamos tampoco duran para siempre.
Por eso hoy te digo COVID-19…te quiero, te amo, te aprecio, te respeto; porque sin ti no me hubiera dado cuenta de la importancia que tiene la familia, la convivencia, el día a día y hora tras hora. Siempre creí que lo hacía de la mejor manera y ahora pienso cuanto tiempo he perdido.
COVID-19, gracias por enseñarme que lo único real y objetivo es estar bien con una misma, para poder compartirlo con los demás. Ahora tengo tiempo para mí, miro los días y agradezco a Dios y al universo por amanecer.
¡Puedo contemplar la caída del sol, escucho el viento soplar en mi rostro, siento la lluvia caer sobre mí, transpiro agradeciendo al sol su tarea…estoy viva!
Esta crisis la he convertido en mi oportunidad; cambiar no ha sido fácil… cambiar mis hábitos, costumbres, horarios, viajes, trabajo, pero sobre todo valorar, ¡Si, eso!, valorar el tiempo.
Por otro lado, esta situación me ha hecho reflexionar que debo tener empatía y sororidad, pues he descubierto que además de ser hacedora de vida (madre), soy, amiga, domestica, carpintera, maestra, pintora, enfermera, cocinera, plomera, doctora, electricista, maquillista, arquitecta, licenciada, ingeniera, asesor espiritual, juez y parte… y todo aquello que se ocurra.
Pero, he aquí el COVID-19, real el que se vive en algunos hogares.
Ver a las mujeres convivir con su agresor va más allá de la capacidad que tenemos para resistir tanta violencia. Ayudar a los semejantes con vulnerabilidad es más que un aislamiento físico; creer ciegamente en las noticias de cualquier medio, es devastador y sacude mi razonamiento.
Resguardar y cuidar a los pequeños del hogar me ha enseñado a jugar a qué » la vida es bella» que vengan más covid-19 o 20, 30 o cientos. Sólo es un número más para esta metodología de vida.
¡Mujer que nunca te falte el camino que te lleva, la fuerza que te levanta, el amor que te humaniza y la razón que te equilibra!
Recuerda.
Cuando la situación no la podemos cambiar la vida misma nos apertura un abanico de posibilidades para intentarlo de nuevo y reinventarnos.
POEMAS (sólo online)
Rosario Salazar. Yucatán
Este poema es por los que no puedo ver ni abrazar. 31 de marzo de 2020
MI ESPERANZA PARA TI
La vida es tan frágil
Que se escapa en un segundo,
si decimos amarla
demostremos sin egoísmo
que el amor va por encima
de toda realidad,
para él, sí, para el egoísmo
no existe protocolo alguno,
en cambio, pensemos
esta pandemia
nos ha dado reglas
sean de formalidad, de cortesía
tal vez no cotidianas
pero ahora las tenemos que acatar,
que no olviden hermanos míos
hoy… la vida ha cambiado,
todo ya no es igual…,
respetemos al de a lado,
no ignoremos al de enfrente,
tomemos en cuenta
al que camina por detrás…,
no es difícil, solo es concientizar
hay cambios que debemos considerar,
si te digo…,
no me des la mano,
no te sientas mal,
este día no puedo
aunque te quiera abrazar
y sí no te beso
no significa que te he dejado de amar,
porque te amo evito mis besos dar,
cierto en esta distancia
se siente ese espacio lineal
más ella importa
para seguir en contacto estar,
ya mañana mis brazos te sentirán,
mis labios te podrán tocar,
este espantoso vacío que hoy nos separa
lo podremos llenar,
solo debemos darnos esta oportunidad
estar lejos un rato,
para mañana no separarnos jamás.
Este poema lo escribí por el Hospicio Español para adultos mayores donde murieron casi todos por falta de atención.
LA ANSIEDAD ME ABRAZA
Latente ansiedad me invade
al saber de la muerte
de diecinueve ancianos,
prolongándose para abrazarme
pero no con abrazo que sane,
esta percepción que tengo
sacude mis sensaciones,
ahogando mi comprensión
y reclamo con énfasis a los hechos,
pensando si fue negligencia o fue decisión,
los dejaron en el asilo
creando un foco de infección
sin ayuda por ser viejos
¿A quién le reclamo?
Si el mal ya está hecho
protestar sí y protesto
alzando la voz por los cuatro vientos,
desgarro mi sentido gritando con eco
para que llegue a todos esos oídos necios,
a esas almas oscuras,
que rompen al miedo
sin abrir los silencios,
no quiero historias comprometidas
con la política
quiero las que se abren
por la nitidez de lo claro
ya paren de estar contando historias
que duelan y huelan a cieno,
les pido aúnen afanes y sean sinceros,
que de esta pandemia saquen consciencia
pensando en ellos, en los más viejos,
en los vulnerables, los adultos mayores,
que al tiempo combaten
los mil embates que han resistido
en su caminar por la vida
es cierto, las fuerzas las pierden
los sentidos más sensibles se tornan
la edad les confiere ser los más débiles
más eso no es brecha que calle
porque serán los ausentes,
así como tú merecen cuidar sus pulmones,
no sea que por descuido
la senda inversa se vuelva.
SUSANA DISTANCIA
Que no nos gane el egoísmo,
no seamos ingratos con la sociedad
comprando a diestra y siniestra
sin pensar en el hermano
que viene por detrás,
sí hay que pensar en uno
es primordial…,
más también pensemos
en todos los demás,
basta de tanta arbitrariedad,
vamos por el bienestar común
que vivimos en comunidad,
mis queridos hermanos
en esta contingencia
nadie debe quedarse atrás,
recordemos siempre, no debemos olvidar
si yo me cuido
te cuido a ti…,
y cuido a los demás
sí tú te cuidas
te aseguro que sin darme la mano
con la sana distancia
que debemos guardar…
¡Tu corazón comenzará hablar!
Este poema es por el tonto de Alatorre…
ESCUCHA AL EXPERTO
Revolucionemos los corazones,
somos seres humanos
pensantes, conscientes,
amantes de la vida,
no seamos islas aisladas
colmadas de egoísmo
o de egolatría insana,
que hincha cabezas
vaciando el albedrio
para desoír lo no permitido,
seamos mares con la fuerza
del optimismo y la solidaridad,
fragüemos amor
donde seco este el río,
que, con sentimiento puro,
tan limpio como real e incorruptible
seremos el cimiento
que forjará el buen destino,
y la fatal incertidumbre
no será un abismo,
abracemos con énfasis
la sana distancia que han pedido
quedándote en casa
cuidando tu vida
y de quienes están contigo,
ignorando a quien mueve
olvidar lo que se ha dicho
el bien será aliado
del fraternal compañerismo,
saldremos de esta pandemia,
decretemos
decidamos por la vida
y no por las mentiras de noticieros vendidos.
Un rebozo para mis cuitas (sólo online)
Martha Angélica Contreras García, Ciudad de México
Desde tiempos remotos, el dejar pasar el tiempo consistía en dejarlo transcurrir, realizando actividades básicas, no existían tantas distracciones y mucho menos la tecnología, eso sí, se daba la convivencia, recordemos que el ser humano por naturaleza es social y eso implica interactuar con una o varias personas, en el hogar o en otros lugares. Acostumbrados a interactuar, a salir a trabajar, visitar lugares, ir a fiestas, reuniones, paseos, viajes, etc., que tan difícil puede ser el desprenderte de todo eso, el asimilar un nuevo rol estando en casa, me pregunto qué tan complicado ha sido, me pregunto si esta etapa de confinamiento ha sido reflexiva, ha sido grata, me ha permitido tolerarme, quererme, apapacharme más o es todo lo contrario. Hay quizás demasiado tiempo libre o es el mismo pero ahora solo para pasarlo dentro de casa, he tratado de asimilarlo y dejarme llevar, hay momentos de lectura, hay momentos de quehaceres y sobre todo el ser responsable de tres mascotas, coadyuvan a no sentir tanto el aislamiento, el poder al menos sacarlos a pasear (menos tiempo en los recorridos) me da una tranquilidad y disfruto aún mucho más que sean mi compañía, por las redes sociales ver a mi familia y amigas y amigos reconforta mi estancia, seguir con mis actividades en línea, haciendo ejercicio y disfrutando la música, lectura y películas son un respiro a mi alma, continuo aprendiendo a cuidarme, a seguir disfrutando mi hogar y me siento tranquila arropada en ese rebozo que me he construido y el cual me permite tratar de pensar en positivo la mayor parte del tiempo, evidentemente tengo mis momentos de melancolía recordando el pasado, pero trato que sean solo momentos y me entusiasmo visualizando un futuro aún mejor. La compañía perruna es gratificante y jugar, alimentarlos, bañarlos, procurarlos, han hecho llevadera esta cuarentena. Evidentemente mi familia es el lazo que refuerza mi sentir y quienes mantienen las costuras esenciales en mi rebozo, otra parte de esas costuras es todo lo demás que me rodea y que me permite sentirme bien conmigo misma. Aprender a disfrutar la soledad y ser más que libre son un plus que en ocasiones cuesta, pero cuando ya lo tienes, solo hay que dejar que fluya. Extraño salir a otros lugares, pero sé que pronto se podrá y que en este tiempo presente lo recomendable es cuidarme a mí misma y a los que me rodean (desde la distancia). Arropándome en mi rebozo y disfrutando cada etapa de esta vida.

UN DÍA FRENTE A LA PANDEMIA (sólo online)
Patricia Reséndiz Rodríguez, Ciudad de México
Veo luz, trinan los pajaritos, reviso el celular, son pasadas las 7 de la mañana y lo primero que pienso es en el coronavirus. Vaya pensamiento y forma de iniciar el día, pero la situación que estamos viviendo no deja de atemorizar; aun así, mi optimismo supera mis temores. En realidad lo que más me levanta el ánimo es la certeza de que tenemos información, a veces demasiada y otras veces tergiversada por los malandrines pero aun así, estamos al día.
Y sin tardanza me levanto y corro hacia la tableta, o a la televisión para sintonizar la “Mañanera” en YouTube, y ya está ahí nuestro Presidente, quien como todos los días asume el papel de principal comunicador del gobierno y se expone a todo tipo de preguntas, algunas de buena fe y otras muy mal intencionadas. Qué difícil ha sido hasta ahora el camino hacia el cambio y que de contratiempos deberán de seguirse enfrentando; pero ya no hay paso atrás y con nuestro apoyo, la 4T va.
Pero no dejo de pensar en las complicaciones que la pandemia ha representado para nuestro gobierno, el más democrático que haya tenido este país. Pero me conforta saber que si gobernaran los de antes estaríamos en una severa crisis sanitaria, porque a pesar de todo, la pandemia ha sido controlada y es aquí donde observo la gran capacidad que tiene Andrés Manuel López Obrador para resolver los problemas, aún los más difíciles y en las condiciones más adversas.
Por ello, y a pesar de las adversidades: enfermedades, encierro, falta de recursos, o para algunos la muerte, no podemos dejarnos abatir, al contrario, debemos fortalecernos ante la adversidad y continuar la lucha, la que para muchos ya es añeja y que no ha sido sino hasta ahora que hemos visto verdaderas acciones en beneficio del pueblo en todas las materias, inicialmente el petróleo y en estos momentos la energía eléctrica.
Y que no nos asusten de que el gobierno va hacia el comunismo o el socialismo, (los que como ideología tienen mucho de rescatable) porque no es así. Es tan difícil entender que el cambio de paradigma está basado en crear un sistema económico más justo, con la implementación de nuevas reglas que tienen como punta de lanza la lucha contra la corrupción. A lo mejor se entiende, pero no se acepta porque ciertamente se afectan intereses de grupos económicos muy fuertes.
Pues como dice nuestro Presidente, no estamos en contra de la acción empresarial y de las ganancias, y yo enfatizo, estamos en contra de la voracidad de grupos que buscan seguir enriqueciéndose a costa de los bienes del pueblo. De ahí los diarios ataques a las acciones del gobierno en los medios de comunicación. Por tanto, la lucha sigue y a nosotros no nos queda sino combatir esos ataques y una forma es en las redes sociales, las “benditas redes sociales”, esas que se han convertido en verdaderos campos de batalla.
Y son ya las 7 de la noche y va empezar la conferencia del Dr. Hugo López Gatell, este médico que nos ha tenido al tanto de la pandemia y al que ya todos admiramos no sólo por sus conocimientos epidemiológicos, por su personalidad, su seguridad y elocuencia para informarnos, sino por la calidad humana y consciencia social que ha demostrado a lo largo de estas semanas tan difíciles. Pero la pandemia no puede ser permanente y habrá tiempos mejores y para ello el gobierno está trabajando “todos los días”, como dice nuestro Presidente, y nosotros seguiremos ahí apoyándolo.
UNA MIRADA COMPARTIDA AL ESTILO DE CRIANZA, PARA UN ESTADO DE BIENESTAR (sólo online)
Oralia Orozco Valencia, Michoacán
En estos momentos en los que la contingencia, pandemia del Covid 19, nos ha dado la oportunidad de hacer una pausa en la vida cotidiana, pensar y volver a pensar en la crisis que se presenta, desde varias aristas como la salud, la ambiental, del ser, del hacer, la política, económica, estructural y por ende en la convivencia familiar y social; que después surgirá el estado de bienestar
Al despertar diariamente y encontrarnos con demasiada información real y no real; pasa otro día e igual; ¡cuanta información! Es claro el papel que ha tenido las noticias falsas (fake news) generando miedo, odio, malestar, perjudicando la imagen y reputación de personas, en fin, una manipulación mediática; a través de medios y redes: usando plataformas como twitter o Facebook entre muchos otros
Lo anterior implica de antemano reflexionar en cómo es la relación con la salud, que tal ves se dejo de hacer algunas medidas preventivas necesarias para cuidarnos, como lo es el lavado de manos y asear el medio que nos rodea, entre otros, podríamos seguir en este aspecto; pero poco se habla de la salud mental, emocional.
La convivencia durante la pandemia con mis nietos y nietas y la encomienda de diseñar actividades para el desarrollo emocional de la primera infancia, propicio la oportunidad de repensar en una hipótesis personal: “la relevancia de la salud mental en el desarrollo de la personalidad del ser humano”.
Por ello, creo que los estilos de crianza son prioritarios para regular las emociones; reconociendo que la educación de los primeros años, no solo tiene efectos a corto plazo, además impacta en el aspecto psicológico, social y económicos durante el proceso de vida; es el momento ideal para adquirir conocimientos, desarrollar habilidades, destrezas para construir valores y establecer formas de convivencia para el bienestar; enseñar a amar a ellos mismos, amar a la naturaleza, respetando el entorno para desarrollar conciencias; si se invierte en esta etapa de vida el costo beneficio será mayor
El mirar los estilos de crianza permite reflexionar en cómo estoy formando a mi hijo, con qué ejemplos, cómo observa las relaciones con los demás, con la naturaleza, con la salud; sin olvidar que en el otro, impacta lo que hacemos, cómo lo hacemos y lo que dejamos de hacer.
Luego entonces percatamos que el estrés, los insultos, el maltrato, la violencia con el aislamiento ha aumentado y dañan tanto como los golpes, (ya había cifras de la UNESCO de que uno de cada dos niños, niñas y adolescentes ha sufrido alguna agresión psicológica por algún miembro de la familia); nos preguntamos ¿hoy cómo estará la convivencia familiar? El origen de la violencia, esta en esa convivencia, en esa crianza; algunas veces se vive abandono, indiferencia, ignorar, maltrato, negligencia; causando alteraciones en la estructura y la función del cerebro que se harán presentes en las interacciones, convivencia con los otros. De aquí la importancia de re direccionar el estilo de crianza (partiendo del YO) como parte esencial en el tejido social, hacia una convivencia sana, amorosa, justa, responsable, empática, humanista, con equidad, sin desigualdad hacia procesos culturales de toma de conciencia del ser y el hacer de cada ciudadano para lograr el estado de bienestar, revolucionar para trascender y reencontrar el sentido de la vida y mirar a los niños en el presente, desde mi espejo, para optimizar el futuro. Gracias
UNA VISIÓN DEL CAOS POR EL COVID (sólo online)
Alejandrina Margarita Franco Tenorio, Hidalgo
¿A qué nos enfrentamos?
La pandemia del nuevo coronavirus, Sars-CoV-2 Covid19, que inició en Wuhan, china a finales de 2019, llegó a nuestro país el 27 de febrero de 2020 con el primer caso en la ciudad de México, esto nos obligó a resguardarnos en los hogares, un hecho inesperado para todo el mundo que ha cobrado miles de vidas y otras tantas que están entre la vida y la muerte ante los ojos de familiares y amigos que no pueden hacer nada; y ante médicos, enfermeras, trabajadores de hospitales que luchan por salvarles la vida, arriesgando su propia integridad y la vida misma, pero que además, no se valora su trabajo, su entrega y son agredidos física y verbalmente; en lugar de agradecerles la labor, porque también ellos están padeciendo detrás de ese cubre bocas sin aíre por horas, sin alimento y sin líquidos durante su jornada de trabajo, hasta que salen de su turno. Estoy muy orgullosa de la Dra. Citlali Monroy Franco mi hija y de él Dr. Humberto Dimas Franco Tenorio mi hermano y de Todos los médicos, enfermeras y personal de salud de México y el mundo, ante la responsabilidad de salvar vidas en .el problema mundial nunca antes vivido. Mi reconocimiento y admiración.
Nos enfrentamos también a la violencia contra las mujeres durante el confinamiento, llamadas de emergencia al 911 en marzo 115 mil 614, en abril 103 mil 117, un promedio de 143 llamadas cada hora. Increíble pero cierto que ni en nuestra propia casa estamos seguras. Una situación más él golpeteo diario al presidente de México Andrés Manuel López Obrador para convencer a la gente que la forma en cómo está enfrentando el coronavirus, es un fracaso, no les ha funcionado. Como todos sabemos, el gobierno mexicano, heredó un sistema de salud pública abandonado, precarizado y con indicios de prácticas de corrupción, sin seguridad social, hospitales abandonados y los que están, con falta de médicos, medicamentos e infraestructura.
También de la noche a la mañana la gente perdió su trabajo y se vio sin dinero porque no hay la cultura del ahorro, esta situación pone a muchos en elegir arriesgarse al contagio o llevar el alimento a su casa. La caída de la economía está palpable y es momento de replantearnos una nueva forma de sobrevivir, reinventarnos, con una visión de nuestras propias necesidades, las de los demás y las metas que se puedan cumplir, utilizando la creatividad, la tecnología y la colectividad.
¿Cómo regresar a la normalidad?
El hombre, es por naturaleza un ser, que vive en sociedad y no puede vivir aislado. En esta contingencia ha pasado del miedo al contagio, dolor por la pérdida de un ser querido o conocido, estrés, angustia, pero la vida sigue y hoy debemos regresar sin desatender las recomendaciones de salud como la higiene, prevención, quédate en casa, porque esto va para largo; pero sobre todo con el firme propósito de contribuir al cambio y apoyar para la grandeza y crecimiento en todos los aspectos a nuestro México querido.
La visita (sólo online)
Carmen Medel Palma, Veracruz.
La camioneta sonaba como una maraca y los cristales crujían, la terracería rumbo a las comunidades había sido herida por unas lluvias aisladas y los hoyancos eran imposibles de esquivar, incluso para el más experimentado de los conductores. La Dra. Carmen celebró cuando llegamos al pueblito. Empezó a contar las casas una por una hasta llegar a diecisiete, entonces cerró el conteo con una frase cargada de una melancolía aplastante: “es muy poco lo que traemos”, dijo. “Algo es algo”, dijimos todos al unísono. Pero nosotros también sentimos esa deuda anticipada con nuestra gente. Pocas cosas llevamos aquella mañana al área indígena de nuestra ciudad, sentíamos el peso de esa insuficiencia. Eso no afectó mucho tiempo a la doctora, ella se soltó la lengua, primero habló de la situación, pidiendo fe y confianza a las señoras y señores que nos escuchaban en las casas, con los niños revoloteando en los amplios solares que tenían por patios. Luego les decía que trajeran a los niños y a las niñas, los revisaba someramente, les decía que les dieran de comer más de tal alimento o les recomendaba algún agua especial. Las madres se alegraban, tenía años que un doctor no veía a sus hijos, algunos no veían batas blancas desde su última vacuna. Y aun así, cuando partimos, permaneció la nostalgia en nuestros corazones. Era una emoción de no haber dado lo suficiente y, sin embargo, haberlo dado todo cuanto teníamos en las manos. Incluso nuestras gorras, mandiles y otros materiales de brigada fueron dejados, porque nada era suficiente para esa necesidad. Nos alejamos con lentitud y vimos las manos de las mujeres diciendo adiós y los rostros serios de los hombres que el horizonte con dolor, mientras una nube amarillenta de tierra se levanta entre nosotros.
Serie fotográfica: Covid y ruralidad en el sur de Veracruz; 2020
Autora: Carmen Medel Palma


