¿Cuestión de ego o de miopía? Situación de violencia hacia las mujeres en Puebla.

Claudia Rivera Vivanco*

Puebla, uno de los estados más grandes del país, con una población de más de 5 millones de habitantes y 2.5 millones en su área metropolitana.

La situación de violencia que se vive no es reciente pero sí se ha incrementado desproporcionalmente en los últimos 10 años. Sin duda alguna,  se tienen muchas deudas pendientes con la población, tales como: una desigualdad brutal que abatir, y temas sin resolver en torno a ese 54% de la población que representamos las mujeres, esto se ha convertido en un urgencia por: la igualdad sustantiva, una democracia paritaria, lucha contra la brecha laboral (diferencia salarial, ocupacional y acceso a los derechos), el acceso académico, la participación política, social y deportiva  y al momento, todos los encargados del ejercicio gubernamental tienen como punto y aparte “La violencia hacia las mujeres”,  cuando es evidente que la violencia es el detonante principal que existe paralelamente con cada uno de esos temas pendientes.

Al momento, de la violencia que se miden tanto a nivel nacional como estatal, se cuenta con indicadores de violencia que experimentan la mujeres en los siguientes ámbitos de desarrollo social: laboral, escolar, familiar y comunitario y sus porcentajes de incidencia en sus diferentes tipos de manifestación: violencia emocional, física, económica y sexual[i].

En nuestro estado al día de hoy, se cometen 2.2 feminicidios por semana, y el comportamiento de este fenómeno es similar tanto en zonas rurales como en área metropolitana. El porcentaje de violencia que reportan mujeres poblanas mayores de 15 años, equivale a  poco más del 66%. Sin embargo durante el mes de julio se determinó la NO activación de la alerta de género en el estado[ii], aun sabiendo que feminicidio es la forma más extrema de la violencia hacia las mujeres.

Como indicador de que la situación va a la alza o lejana a disminuir, tan sólo en los últimos 4 años se han diseñado protocolos de emergencia como las alertas de género; el protocolo para erradicar la violencia política hacia las mujeres; y programas internacionales como el 50/50 por la igualdad; la campaña HeforShe; el programa ciudades seguras; éste último surgió por diferentes necesidades,  en este momento, el modelo ha adoptado un enfoque para contribuir a la eliminación de la violencia que padecen las mujeres. Sin embargo en nuestro estado se han rechazado cada una de estas propuestas en su versión original pese al alto porcentaje de violencia que se vive en la entidad.

Ante el escenario que vivimos en Puebla surgen las preguntas siguientes:

¿Por qué NO se activan dichos protocolos y termina rechazándose la activación de la alerta de género? ¿Por qué los acuerdos y firmas internacionales de estos programas NO se aplican en su versión original y terminan siendo manipulados y  disfrazados con ejercicios de modelos anquilosados de roles de género que tanto daño siguen causado a nuestra sociedad?

¿Será que tomar la determinación para aplicarlos es una cuestión de ego del gobierno? Al mostrar la incapacidad gubernamental para frenar la dimensión de esta pandemia o es una cuestión de miopía que también muestra la incapacidad de ver y entender estas necesidades que aquejan a más de la mitad de su población y que va en aumento.

Este problema no es un problema de hacinamiento que se resuelva con la construcción de un cuarto al lado de mi opresor, o que se resuelva con un curso para hacer postres o cortar el pelo, o con una envoltura de tortillas que me digan cómo ser feliz; esto es un problema estructural que se proyecta desde las autoridades y sobre cada uno de los niveles de participación ciudadana, y  no dará marcha atrás, si no se le ataca de frente, con conocimiento pero sobre todo con determinación. De nada sirve ningún programa de desarrollo si nos matan.

 

* Consejera Estatal de Morena y Secretaria Estatal de Diversidad Sexual

 

[i] INEGI; Encuesta Nacional sobre la Dinámica de los Hogares (ENDIREH) 2016.

[ii] INMUJRES; Programa de Alerta de Violencia de Género contra las Mujeres (AVGM).