De un Instituto a una Secretaría de la Mujer en la Ciudad de México ¿Qué necesitamos las mujeres?

Martha Adriana Cota Sánchez*

A mediados de los años setenta, la Organización de las Naciones Unidas (ONU) impulsó una serie de cumbres mundiales y de iniciativas que han orientado las acciones de los gobiernos para promover el desarrollo humano sostenible incluyendo la activa participación de las mujeres.

Entre estas cumbres destaca la IV Conferencia Internacional de la Mujer celebrada [en] Beijing, China en 1995, porque en ella se definió una Plataforma de Acción que debía orientar la acción gubernamental en 10 ejes que son: pobreza, educación y capacitación, salud, violencia contra las mujeres, conflictos armados, economía, ejercicios del poder y toma de decisiones, medios de difusión, medio ambiente y niñez. Esta conferencia también definió la creación de Mecanismos Institucionales para el Adelanto para las Mujeres (Institutos y oficinas de la Mujer) que apoyarán el desarrollo de las políticas y acciones que mandató la conferencia en comento.1

 El gobierno implementa políticas focalizadas para las mujeres

Durante el gobierno de Vicente Fox, fue creado el Instituto Nacional de las Mujeres y los Institutos Estatales en todo el país; con la atribución de promover, coordinar, ejecutar y dar seguimiento a las acciones y programas destinados a garantizar la igualdad de oportunidades y de trato entre hombres y mujeres,2 adecuadas a la política neoliberal del gobierno en turno, no necesariamente de acuerdo al enfoque de la ONU.

Instituto de las Mujeres de la Ciudad de México

Foto: Virginia Barrera, imagen digital, 2017.

Durante los 12 años de creación del Instituto Nacional de las Mujeres y sus representaciones en los estados, se han convertido en el instrumento idóneo de los gobiernos de corte neoliberal para implementar políticas de corte sectorizado, focalizado y sexista. Lejos de impulsar políticas que promuevan la igualdad entre las mujeres y los hombres, han sostenido que la reproducción social y de las familias forma parte del trabajo de las mujeres. Así, les impusieron ser las “jefas de familia” y las convirtieron en “grupos vulnerables” para la distribución de recursos e institucionalizaron la carga de trabajo para el acceso a “programas de beneficio familiar”.

Es decir, a través del Instituto de las Mujeres se ha impulsado una política sexista, de corte patriarcal que a su vez traza otra política sectorizada, que privilegia programas de atención a la pobreza y amplia la brecha ideológica entre los problemas e intereses de hombres y de las mujeres, por tanto la anulación de facto de toda posibilidad de igualdad entre géneros.

Es real que las mujeres nos enfrentamos a una problemática específica: ser mujer bajo el sistema capitalista patriarcal nos impone dobles y triples jornadas; en nosotras recae socialmente la atención a la familia y su reproducción, (educación, salud, trabajo doméstico, atención a enfermos y adultos mayores y en ocasiones, atención de la familia ampliada, etcétera) y además, en muchos casos, el trabajo asalariado. A eso sumamos la cotidiana violencia en el hogar, en los medios de comunicación, la vía pública y el centro de trabajo.

Retos para la futura Secretaría de las Mujeres en la Ciudad de México

Politizar (por socializar entre todos) los problemas de las mujeres exige trabajar directamente con las mujeres para generar el interés, tejer redes sociales para la reflexión colectiva, el intercambio de experiencias, el enriquecimiento de conocimientos, la empatía con las compañeras, identidades colectivas para salir de lo privado a lo público, colectivizar los espacios con propuestas que enriquezcan su funcionamiento y faciliten la participación de otras mujeres e instituciones académicas especialistas sobre los temas que las mujeres decidan abordar.

El gran reto para el gobierno electo de la Ciudad de México implica reconocer que una Secretaría de la Mujer debe cambiar el enfoque neoliberal focalizado de atención a la pobreza, donde a las mujeres se les ha “vulnerado” para acceder a programas sociales sectorizados y sexistas, esto como centro de la política del Instituto.

La apuesta será garantizar los derechos humanos de las mujeres y de los hombres a través de políticas y programas públicos que promuevan y garanticen el respeto, la seguridad jurídica, social, económica, educativa, de salud, de raza, visibilizar las dimensiones intergeneracionales, intersexuales, de clase y un largo etcétera, para que se reconozcan en igualdad de condiciones en todos los espacios institucionales, sociales, de partido y de la sociedad entera.

Estamos frente a la posibilidad de transformar históricamente al sistema de reproducción capitalista y patriarcal que sustenta su ideología en políticas públicas que promueven y generan la explotación del trabajo social, de reproducción y de servicios en las mujeres, para asumirlas, por fin, como obligaciones propias del estado. ¿Cuándo preguntarán a las mujeres lo que necesitan?

* Socióloga. Maestría en Estudios Latinoamericanos. Maestría en Periodismo Político. Promotora de Difusión Cultural en UAM-X.

1 «El Instituto Nacional de las Mujeres» (s/f), en Instituto Nacional de las Mujeres, disponible en <www.cdi.gob.mx/madig/igualdad/seccion4.html> [fecha de consulta 4 de septiembre de 2018]. Véase también «La declaración de Beijing. IV Conferencia Mundial sobre las mujeres», disponible en <https://www.pj.gob.pe/wps/wcm/connect/f7033a004954259385edf5cc4f0b1cf5/La+De
claraci%C3%B3n+de+Bijing.pdf?MOD=AJPERES> [fecha de consulta 4 de septiembre de 2018].

Véase Ley General para la Igualdad entre Mujeres y Hombres (2006), disponible en <http://www.senado.gob.mx/comisiones/desarrollo_social/docs/marco/Ley_GI
MH.pdf> [fecha de consulta 4 de septiembre de 2018].