Gloria Pimentel Chagoya
Juan, recostado en el sillón se siente reconfortado al escuchar cantar a Freddie Mercury: “Somos los campeones mis amigos, no hay tiempo para los perdedores… nos mantendremos luchando hasta el final”.
Farrokh, le llamaba su madre, cuando de niño corría por los prados de Tanzania. Ahora es Freddie irradiando virilidad y desenfado. Fred y su maravillosa voz angelical. Queen es Freddie… pero por desgracia… el ya está muerto. —El sufrimiento que él vivió ahora está carcomiendo mi cuerpo—, piensa Juan.
El joven se levanta con dificultad y empujando su andadera se dirige al baño. El espejo no le engaña, su figura es tan delgada, que las costillas lamen su piel, los ojos hundidos claman misericordia, sus manos temblorosas apenas atinan a levantar el jabón, y grandes bubones se asoman en sus axilas. De nuevo canta al unísono con Mercury: “He pagado mis deudas, una y otra vez cumplí mi condena… la vida no es un lecho de rosas”. —Freddie y yo vivimos realidades semejantes: nuestra pasión por la música, la libertad para disfrutar el amor a nuestro modo, y ambos hallamos el éxito—.
Juan duerme casi todo el día, no tiene apetito y debe ingerir tantas pastillas. —Me estoy engañando—, afirma con rabia y desesperación, mientras observa el poster de Freddie; quien en un espectáculo luce vestido con una gran capa de terciopelo rojo, su corona real y su cetro. El muchacho le escupe su enojo: —tu viviste cuarenta y cinco años, yo apenas soy un adolescente; en todo el mundo tuviste miles de admiradores, y yo soy el ser más solitario de la tierra; tu disfrutaste de la vida y sus excesos, siempre a tu manera y yo, sí… yo sólo fui el instrumento de placer de otros, y sin embargo ¡Yo te amo! ¡Yo te extraño!… pero no cabe duda que pronto estaremos juntos… en igualdad de condiciones—.
Al llegar a esta frase el cuerpo de Juan se agita en sofocado sollozo.
La letra del famoso grupo Queen queda repitiendo el estribillo: “Yo lo considero un desafío ante la raza humana, y no voy a perder… We are de champions, myfriends… we are de champions, of de world”.
en voz alta 