El 8 de marzo se conmemora el Día Internacional de la Mujer Trabajadora que, al ser institucionalizado por la Organización de las Naciones Unidas en 1975, se denominó Día Internacional de la Mujer para caracterizar la lucha de las mujeres por la igualdad de oportunidades en relación con los hombres en la sociedad.
Hoy en día la participación y acción de las mujeres en los movimientos feministas, organizaciones populares, comunidades rurales y en el ámbito político en todo el mundo ha sido fundamental y ha contribuido a que las mujeres se posicionen como verdaderos actores sociales y políticos e incidan en las decisiones en todos los ámbitos de la sociedad.
En México nuestro texto constitucional reconoce desde hace 65 años el derecho de la mujer a votar y ser votada (el 17 de octubre de 1953 se promulgaron las reformas constitucionales para otorgar el voto a las mujeres en el ámbito federal) y se han ido fortaleciendo otros derechos, pero todavía queda mucho camino por recorrer para que su inclusión en la vida política del país sea más equitativa y de esa forma la mujer pueda participar en las actividades y decisiones políticas y ejercer sus derechos.
La Organización de las Naciones Unidas-Mujeres tiene como lema para este 2019 “Pensemos en igualdad, construyamos con inteligencia, innovemos para el cambio”. La mujer siempre ha estado en constante lucha para que exista o se dé una verdadera transformación social y política, es por ello que en voz alta abre, en este número de su tercer año de vida, al debate sobre el quehacer y participación de la mujer en nuestro país, en el trabajo y la política.
Por otro lado, es importante dirigir la mirada hacia un sector importante en México que no ha tenido un verdadero reconocimiento de la sociedad: las mujeres de las zonas rurales e indígenas que su función y contribución en el ámbito agrícola ha sido para la mejora alimenticia y la lucha por la erradicación de la pobreza rural. Sin embargo, los datos proporcionados por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía son reveladores al señalar que el ingreso promedio por hora trabajada entre las mujeres rurales y las áreas urbanizadas es de 23.5 pesos, para las primeras, en contraste de 33.3, para las segundas; además el 44.5 % de las mujeres consideran que no se respetan sus derechos humanos y un 40 % ha sufrido algún tipo de violencia emocional o sexual.
Lograr la igualdad de género es fundamental para mejorar las condiciones de vida de las personas. Un verdadero liderazgo de la mujer en la vida política debe influir, persuadir, convencer y conducir a las mujeres al objetivo final del bien común que conlleva a cambios profundos que incluyen principios y valores que permitan la construcción de sociedades realmente democráticas.